El 26 de abril se conmemora el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, establecido por la ONU en el año 2000 a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
Su propósito es difundir la importancia de los derechos de propiedad intelectual para promover la innovación, la creatividad y su valoración.
En 2024, el tema central de este día es «La Propiedad Intelectual y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Nuestro futuro común se forja con innovación y creatividad».
Este enfoque destaca la crucial relación entre la propiedad intelectual y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), reconociendo que la innovación y la creatividad son fundamentales para avanzar en la sostenibilidad y proteger los derechos fundamentales.
La propiedad intelectual abarca un amplio espectro de creaciones e innovaciones, tanto tangibles como intangibles, y se extiende a nombres, símbolos e imágenes utilizados comercialmente.
Su objetivo es salvaguardar los derechos de los creadores en diversas áreas como las artes, la interpretación y la radiodifusión, evitando la apropiación indebida de obras creativas y aplicando sanciones en caso de violación.
Existen dos categorías principales de propiedad intelectual: los Derechos de Autor y Derechos Conexos, que protegen creaciones literarias y artísticas, y la Propiedad Industrial, que incluye marcas, patentes, diseños y modelos industriales.
Estas formas de protección legal otorgan reconocimiento, prestigio y beneficios económicos a los creadores e innovadores.
Los Derechos de Autor abarcan una amplia gama de trabajos creativos en áreas como el arte, la literatura, el cine y la música, así como avances tecnológicos en informática. Las marcas identifican productos y servicios, mientras que las patentes otorgan derechos exclusivos sobre invenciones, productos y métodos.
Los diseños industriales protegen la estética de productos y aplicaciones, y las indicaciones geográficas identifican productos con un origen específico y características distintivas.
La OMPI, establecida en 1967 como un organismo especializado de las Naciones Unidas, tiene como objetivo promover el uso y la protección de las obras intelectuales a nivel mundial.
Con 188 Estados miembros y la administración de 26 tratados internacionales, desempeña un papel crucial en la regulación y el fomento de la propiedad intelectual a escala global.
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