
La edición 2025 de la Vuelta a España cerró de manera inesperada, al no poder concluir en Madrid debido a bloqueos de manifestantes en la última etapa. Pese a los contratiempos y suspensiones que marcaron la competencia, el triunfo quedó en manos del ciclista danés Jonas Vingegaard.
Para esta ocasión, la capital española había preparado el mayor operativo de seguridad en la historia de la Vuelta, con 1,100 agentes de la Policía Nacional y 400 de la Guardia Civil, con el propósito de impedir la irrupción de grupos propalestinos en el recorrido, especialmente en la Plaza de Cibeles. Incluso, las autoridades habían advertido que actuarían con firmeza frente a cualquier intento de bloqueo.
Aunque el operativo inició conforme a lo previsto, con vehículos especiales listos para dispersar a manifestantes, la tensión se hizo presente desde el arranque de la etapa final de 111 kilómetros entre Alalpardo y Madrid. Esto obligó a los organizadores a modificar el trayecto en varias ocasiones.
En jornadas anteriores, algunas etapas ya habían tenido que acortarse y el equipo Israel Premier se vio forzado a retirar el nombre del país de sus uniformes para evitar agresiones.
Mientras el equipo Visma celebraba en ruta, con sus ciclistas brindando con champán, en el centro de Madrid los disturbios crecían. Manifestantes con pancartas y consignas como “No es una guerra. Es un genocidio” lograron romper el cerco de seguridad e irrumpir en el último kilómetro.
Las escenas transmitidas en directo mostraban a corredores abandonando sus bicicletas para subir a los vehículos de sus equipos, al tiempo que en la Plaza de Cibeles se registraban enfrentamientos entre policías y manifestantes, quienes lanzaban objetos contra los agentes.