
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostendrá este lunes en la Casa Blanca una reunión con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, en medio de un clima de tensiones por sus recientes declaraciones sobre Crimea y la OTAN.
Trump señaló que la península anexada por Rusia en 2014 “no volverá” a Ucrania y que la adhesión de Kiev a la alianza atlántica “no está sobre la mesa”, lo que coincide con las exigencias históricas del Kremlin.
La cita ocurre pocos días después del encuentro entre Trump y Vladímir Putin en Alaska, donde ambos hablaron de “garantías de seguridad robustas” para Ucrania, aunque sin acordar un alto al fuego. En Europa, este gesto ha sido recibido con cautela ante el temor de que se busquen concesiones territoriales favorables a Moscú.
En la agenda de Washington figuran tanto una reunión privada entre ambos mandatarios como un encuentro posterior con líderes europeos, entre ellos Ursula von der Leyen, Mark Rutte y los jefes de Estado y de gobierno de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Finlandia.
Zelensky, que no asistió a la cumbre de Alaska, reiteró a su llegada a Estados Unidos que Ucrania no hará concesiones territoriales, aunque mostró disposición a discutir alternativas en una posible reunión trilateral con Trump y Putin. Sin embargo, advirtió que cualquier acuerdo debe evitar que la paz se convierta en “una rendición encubierta”.
La comunidad internacional observa con atención este encuentro, considerado decisivo para definir el futuro del conflicto, en el que Trump busca mantener el diálogo abierto con Moscú, mientras Zelensky procura asegurar que las promesas de seguridad no se traduzcan en la legitimación de las anexiones rusas.