El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó fuertes críticas contra los países que permiten la migración global y contra la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por el papel que desempeña en este tema y en otros asuntos internacionales.
Durante su intervención en la 80ª Asamblea General de la ONU en Nueva York, dedicó gran parte de su discurso a cuestionar las políticas humanitarias sobre migración y a autoproclamarse como el líder capaz de resolver los principales problemas mundiales.
Trump advirtió que “el monstruo de la migración puede destruirlo todo” y sostuvo que los indocumentados representan una amenaza, asegurando que en los últimos meses su administración logró detener la entrada de migrantes por la frontera sur. Asimismo, acusó a los inmigrantes de provocar crisis sociales y económicas en los países receptores.
El mandatario también afirmó, sin pruebas contundentes, que durante la gestión de Joe Biden se perdieron 300 mil menores migrantes, de los cuales su gobierno ya habría localizado y devuelto a más de 30 mil con sus familias. Añadió que gracias a sus políticas se frenaron las caravanas masivas de migrantes hacia Estados Unidos.
Además, proclamó que en ocho meses de su segundo mandato resolvió siete conflictos armados en distintas regiones, minimizando el papel de la ONU en esos procesos y atribuyéndose el mérito de haber salvado miles de vidas. Incluso señaló que debería recibir el Premio Nobel de la Paz, aunque —dijo— lo importante es salvar vidas y no los reconocimientos.
Sus críticas a la ONU incluyeron cuestionamientos al costo de la renovación de su sede en Nueva York y a lo que calificó como una falta de acción real frente a los problemas globales. Con ironía, concluyó su mensaje asegurando que del organismo sólo obtuvo “una escalera y un apuntador defectuoso”.