
El Papa apareció inesperadamente el Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, aún en recuperación de una neumonía severa, para saludar a fieles y religiosos durante la misa.
El sábado anterior, Francisco también sorprendió al visitar la Basílica de Santa María la Mayor, donde oró en un breve acto comunicado por el Vaticano a través de Telegram.
Durante su recorrido pascual, el papamóvil se detuvo en varios puntos de la plaza decorada con flores, permitiendo que el Papa bendijera a varios bebés que sus asistentes le acercaban desde la multitud. Francisco respondió a los saludos con gestos suaves de las manos.
Aunque no presidió la misa, siguiendo las recomendaciones médicas de reducir sus actividades, el Papa sí ofreció la tradicional bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo) desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro.
En el mensaje pascual, leído por un colaborador mientras él observaba, el Papa insistió en su llamado a un cese inmediato de hostilidades en Gaza.
Antes de su hospitalización de cinco semanas debido a una neumonía que puso en riesgo su vida, el Papa ya había criticado con firmeza la ofensiva militar israelí en Gaza, calificando la crisis humanitaria en enero como “muy grave y vergonzosa”.
En su reciente mensaje, calificó la situación en Gaza como “dramática y deplorable”, pidió a Hamás liberar a los rehenes y expresó preocupación por el aumento del antisemitismo global.
“El sufrimiento tanto del pueblo israelí como del palestino me conmueve profundamente”, afirmaba el mensaje. “Hago un llamado urgente para que cesen los enfrentamientos, se liberen a los cautivos y se auxilie a la población, que anhela un futuro en paz”.
Mientras tanto, Hamás rechazó recientemente una propuesta israelí de tregua temporal, exigiendo un acuerdo definitivo para poner fin a la guerra a cambio de liberar a los rehenes. En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó intensificar la presión militar sobre Hamás.
El conflicto comenzó el 7 de octubre de 2023, tras un ataque de Hamás al sur de Israel que dejó 1,200 muertos y 251 secuestrados, según cifras israelíes. Desde entonces, la ofensiva israelí ha provocado la muerte de más de 51,000 palestinos, incluyendo 1,600 fallecimientos solo en el último mes, según las autoridades sanitarias locales.