
Equipos de rescate trabajan intensamente para localizar a decenas de personas desaparecidas tras las graves inundaciones que afectaron Texas durante el fin de semana del 4 de julio, dejando un saldo de al menos 91 personas fallecidas, entre ellas 27 niñas y monitoras de un campamento de verano que fue arrasado por la crecida del río Guadalupe.
La nación permanece consternada ante lo que autoridades han descrito como uno de los peores desastres naturales en la historia del estado. El condado de Kerr, considerado el punto más afectado, sufrió daños catastróficos, incluido el colapso del Camp Mystic, un centro cristiano de campamento situado a orillas del río.
A través de un comunicado, los responsables del campamento expresaron su dolor: “Nos sentimos devastados, al igual que las familias que están enfrentando esta tragedia indescriptible”.
Los pronósticos meteorológicos indican la posibilidad de nuevas tormentas eléctricas en las próximas horas, lo cual podría complicar aún más las labores de rescate en las zonas ya inundadas.
El número de víctimas continúa en ascenso, según informó el senador Ted Cruz. “Texas está de duelo. El dolor que sentimos ha afectado profundamente a nuestro estado”, declaró. Cruz hizo énfasis en el impacto emocional que ha tenido la tragedia en el campamento: “La pérdida de esas niñas en Camp Mystic representa el peor temor para cualquier padre”.
Los campamentos de verano, que son una tradición muy arraigada en Estados Unidos, se vieron trágicamente involucrados en esta emergencia. El senador señaló que estos lugares suelen ser espacios para crear vínculos duraderos entre los niños, pero “de pronto, todo terminó en tragedia”.
Por su parte, el presidente Donald Trump informó que tiene previsto visitar Texas este viernes. No obstante, ha sido criticado por los recortes presupuestarios aplicados a organismos meteorológicos federales, lo cual —según especialistas— pudo haber afectado la efectividad de los sistemas de alerta temprana. Trump restó importancia a estas críticas, y describió el evento como una “catástrofe sin precedentes en el último siglo que nadie pudo prever”.
