En un tono firme, el presidente estadounidense, Joe Biden, culpó a Vladimir Putin por la muerte del líder opositor Alexéi Navalny. Biden, visiblemente consternado, destacó la valentía de Navalny al enfrentar la corrupción en Rusia.
Además, anunció la evaluación de diversas opciones de respuesta y urgió a brindar apoyo financiero a Ucrania en su enfrentamiento con Rusia.
Mientras tanto, bajo consignas como «Liosha, no nos rendiremos» y «Rusia será libre», cientos de personas expresaron su repudio en las capitales de Georgia y Armenia contra Rusia por la muerte en prisión de Alexéi Navalny, líder opositor ruso.
Tiflis, la capital georgiana, fue el epicentro de la protesta, frente a la legación diplomática rusa.
Este acto de protesta, en el corazón de la ciudad, simboliza la ruptura de relaciones entre Georgia y Rusia desde la guerra de 2008.
Los manifestantes, enarbolando pancartas, acusaron directamente al Kremlin, responsabilizándolo de la repentina muerte de Navalny en la cárcel ártica, donde permanecía desde diciembre.
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En un gesto conmovedor, flores y velas fueron colocadas en memoria de Navalny, mientras un club en Tiflis, fundado por exiliados rusos, proyectaba un documental sobre el líder opositor.
La muerte de Navalny ha provocado una respuesta global de indignación y exigencia de responsabilidades, con eventos de protesta programados en distintas partes del mundo.