
El Banco de México se enfrenta a desafíos en la gestión de la inflación, dado el complicado panorama económico en el país. Se destacan riesgos persistentes que podrían obstaculizar la consecución de la meta de inflación del 3.0 por ciento.
La más reciente reunión de política monetaria revela la decisión de mantener la tasa de referencia en 11.25 por ciento, manteniendo su estabilidad por sexta vez consecutiva.
Un miembro de la Junta de Gobierno advierte sobre la posible persistencia de la resiliencia económica, la solidez del mercado laboral, y factores como la inflación subyacente y la política fiscal procíclica.
Además, se señala la amenaza de episodios de depreciación del peso ante cambios en las acciones de la Reserva Federal.
La incertidumbre aumenta con posibles conflictos geopolíticos y variaciones en los precios de los energéticos.
Ante este escenario, se resalta la importancia de mantener la actual restricción monetaria, comunicando con precaución y haciendo hincapié en los riesgos al alza en la inflación. Se sugiere adoptar flexibilidad en futuras decisiones y evitar la complacencia, dado que el panorama puede cambiar rápidamente.