Tras tres años de intensas negociaciones, los países que conforman la Organización Mundial de la Salud (OMS) lograron consensuar el primer Acuerdo sobre Pandemias a nivel global. Este hito tuvo lugar durante la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud, que se celebra en Ginebra, Suiza, del 19 al 27 de mayo.
El acuerdo surge como respuesta a las deficiencias y desigualdades detectadas durante la gestión de la pandemia de COVID-19, tanto a nivel nacional como internacional. Los gobiernos impulsaron este proceso con el objetivo de crear un sistema más justo y seguro para enfrentar futuras crisis sanitarias.
El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, calificó el acuerdo como un avance significativo para la salud pública, la ciencia y la cooperación internacional. Según expresó, este pacto permitirá fortalecer la protección colectiva ante posibles amenazas pandémicas. «Con este acuerdo, el mundo reconoce que no podemos permitirnos repetir las pérdidas humanas, sociales y económicas causadas por la COVID-19», señaló.
Por su parte, el Dr. Teodoro Herbosa, titular del Departamento de Salud de Filipinas y presidente de la Asamblea de este año, destacó que durante los momentos más críticos de la pandemia, los gobiernos actuaron con decisión y compromiso, ejerciendo su soberanía para construir de forma conjunta este instrumento histórico.
«Así como la pandemia de COVID-19 fue un acontecimiento excepcional, este acuerdo representa una oportunidad única para aplicar las lecciones aprendidas y asegurar una mejor protección global ante futuras pandemias», afirmó Herbosa.
El Acuerdo sobre Pandemias de la OMS define los principios, mecanismos y herramientas necesarios para fortalecer la cooperación internacional en múltiples áreas, incluyendo el acceso equitativo y oportuno a vacunas, tratamientos y diagnósticos. Su objetivo es consolidar una arquitectura sanitaria mundial más sólida en materia de prevención, preparación y respuesta frente a pandemias.
En cuanto al respeto por la soberanía de los Estados, el texto aclara que el Acuerdo no otorga a la Secretaría de la OMS —ni a su Director General— autoridad para modificar, imponer o intervenir en las leyes o políticas internas de los países. Tampoco podrá ordenar la aceptación o rechazo de viajeros, exigir vacunaciones obligatorias, imponer tratamientos o diagnósticos, ni dictar confinamientos.