La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó su segundo informe global sobre hipertensión arterial, en el que advierte que en 2024 alrededor de 1400 millones de personas vivían con esta condición, aunque solo una de cada cinco lograba mantenerla bajo control mediante tratamiento farmacológico o acciones preventivas frente a factores de riesgo modificables.
El documento detalla que en apenas el 28 % de los países de bajos ingresos los medicamentos recomendados por la OMS están disponibles de manera amplia en farmacias o centros de atención primaria.
La institución recordó que la hipertensión es una de las principales causas de infartos, accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal crónica y demencia. Aunque es prevenible y tratable, sin medidas urgentes millones de personas seguirán falleciendo de manera prematura, al tiempo que los países enfrentarán crecientes pérdidas económicas.
Según estimaciones, entre 2011 y 2025 las enfermedades cardiovasculares —incluida la hipertensión— generarán un costo de aproximadamente 2,7 billones de dólares en naciones de ingresos bajos y medianos, lo que representa cerca del 2 % de su PIB conjunto.
El informe fue presentado durante el 80º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, en un evento organizado por la OMS junto a Bloomberg Philanthropies y Resolve to Save Lives.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió: «Cada hora más de mil personas mueren por accidentes cerebrovasculares e infartos vinculados a la hipertensión, muertes en su mayoría prevenibles». Resaltó que con voluntad política, inversión y reformas que integren el control de la hipertensión en los sistemas de salud, se pueden salvar millones de vidas y avanzar hacia la cobertura sanitaria universal.
Por su parte, Kelly Henning, directora del Programa de Salud Pública de Bloomberg Philanthropies, señaló que la hipertensión no controlada provoca más de 10 millones de muertes anuales, pese a ser una condición prevenible y tratable. Subrayó la necesidad de fortalecer políticas que generen conciencia, amplíen el acceso a los tratamientos y reduzcan tanto las enfermedades cardiovasculares como las muertes evitables.