
El papa León XIV, celebró su primera misa ante el colegio cardenalicio, donde expresó: “Me han llamado a cargar con la cruz y a recibir la bendición”, además de solicitar su colaboración para expandir la fe católica.
En su primer acercamiento espontáneo con los fieles, León XIV realizó una visita inesperada al Palacio del Santo Oficio, apenas fue elegido como Sumo Pontífice.
Durante la misa en la Capilla Sixtina, por primera vez se dirigió en inglés al público, tras haber utilizado únicamente el italiano y el español en sus mensajes anteriores desde la basílica de San Pedro.
“El ejemplo de humanidad santa que nos dejó Jesús está al alcance de todos”, afirmó el papa, y subrayó que “Dios me ha confiado este gran tesoro mediante su voto, y con su ayuda espero ser un buen administrador”.
También reflexionó sobre la pérdida de fe y sus consecuencias sociales, y recordó la enseñanza de su antecesor: “Como tantas veces nos indicó el papa Francisco, debemos dar testimonio alegre de nuestra fe en Jesús como salvador”.
Agregó que, en muchos contextos, incluso entre los bautizados, se reduce la figura de Jesús a la de un líder carismático o un hombre excepcional, dejando de lado su divinidad, lo que, en sus palabras, constituye una forma de ateísmo práctico.
Durante su homilía improvisada en la Capilla Sixtina, dirigida a los cardenales que lo eligieron como sucesor de Francisco, León XIV reafirmó su deseo de seguir la línea de justicia social de su predecesor.
Un aspecto destacado fue el idioma: la primera lectura de la misa se realizó en inglés, leída por una mujer, y la segunda en español, también a cargo de una mujer.
En la majestuosa Capilla Sixtina, León XIV entró vestido de blanco, bendijo a los cardenales y se dirigió al altar, frente al fresco del “Juicio Final” de Miguel Ángel. Inició la liturgia con oraciones e himnos en latín, y permitió que varias mujeres leyeran los textos bíblicos.
Robert Prevost, fue elegido como el papa número 267.