Dick Cheney, quien fuera vicepresidente de Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush y uno de los principales impulsores de la invasión a Irak en 2003, falleció a los 84 años debido a complicaciones derivadas de una neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares, informó su familia.
Excongresista por Wyoming y secretario de Defensa, Cheney fue una de las figuras más influyentes en Washington antes de ser elegido como compañero de fórmula de Bush en las elecciones del año 2000. Durante su vicepresidencia (2001-2009), promovió una expansión del poder presidencial y consolidó un fuerte bloque de seguridad nacional dentro de la administración.
El político republicano fue uno de los más firmes defensores de la guerra en Irak, argumentando la existencia de armas de destrucción masiva que nunca fueron halladas. Además, respaldó el uso de técnicas de interrogatorio severas contra sospechosos de terrorismo, consideradas posteriormente como tortura por organismos internacionales.
Su hija, Liz Cheney, también tuvo una destacada carrera política, aunque perdió su escaño tras oponerse al expresidente Donald Trump, decisión que su padre apoyó públicamente.
Cheney, quien padeció múltiples problemas cardíacos a lo largo de su vida y recibió un trasplante de corazón en 2012, desempeñó un papel central tanto en la Guerra del Golfo de 1991 como en la invasión de Irak de 2003. Antes de regresar a la política, dirigió la empresa petrolera Halliburton, criticada por beneficiarse de contratos gubernamentales durante el conflicto.
Nacido en Lincoln, Nebraska, en 1941, en el seno de una familia demócrata, Dick Cheney se convirtió con el tiempo en uno de los republicanos más influyentes y polémicos de la historia contemporánea de Estados Unidos.