
El funeral del papa Francisco se celebró este sábado 26 de abril. El mundo entero se reunió en la Plaza de San Pedro para rendir homenaje al Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, en un funeral que cerró un pontificado que dejó huella en la historia.
La ceremonia, que inició a las 10:00 horas (hora local), fue encabezada por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y congregó a más de 250 mil personas, junto a numerosos líderes de Estado y dignatarios internacionales.
Luego de la misa, el féretro del Papa argentino fue trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde fue sepultado en una tumba modesta, cumpliendo así su deseo de descansar cerca de la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, según lo dispuesto en su testamento.
El funeral, organizado conforme al Ordo Exsequiarum Romani Pontificis —el cual el propio Francisco simplificó en 2024—, comenzó con el traslado del ataúd desde el interior de la basílica hacia el atrio.
El ataúd de madera, cargado por los sediarios vaticanos, era único, ya que el Papa había dispuesto que no se utilizaran los tres tradicionales féretros de ciprés, plomo y roble. Sobre el ataúd reposaba un Evangelio abierto, como símbolo del ministerio pastoral de Francisco.
Entre los presentes se encontraban figuras como el presidente estadounidense Donald Trump y su esposa Melania, el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski, el presidente argentino Javier Milei, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el príncipe de Gales William y los reyes de España, Felipe VI y Letizia, entre otros.
El cardenal Re destacó en su homilía la incansable labor de Francisco en favor de la paz y los más vulnerables. Algunas frases clave de su discurso fueron:
«Ante el estallido de tantas guerras en estos años, el Papa Francisco nunca dejó de clamar por la paz y llamar al diálogo honesto.»
«Construir puentes y no muros», «Francisco dedicó su vida a los últimos de la Tierra, recordándonos que el amor debe llegar hasta los márgenes.»
Después de la misa, el féretro fue trasladado en un papamóvil adaptado, el mismo que Francisco utilizó durante un viaje a Oriente. Alrededor de 150 mil personas acompañaron la procesión de seis kilómetros hasta Santa María la Mayor, pasando por lugares icónicos como la Via della Conciliazione y el Coliseo.
El recorrido, acompañado de cánticos, oraciones y carteles de agradecimiento, fue resguardado por un dispositivo de seguridad reforzado con aviones Eurofighter, un destructor en Fiumicino y un sistema antidrones.
La ceremonia final, de carácter privado, reunió a cardenales, religiosos y unos pocos fieles. El féretro fue depositado en un sencillo sepulcro de mármol blanco de Liguria, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, muy cerca de la imagen mariana que Francisco tanto veneraba.
El sepulcro, que lleva simplemente la inscripción «Franciscus» y su cruz pectoral esculpida, refleja la austeridad que siempre caracterizó su vida y pontificado. La tumba será abierta al público el 27 de abril.
Tras el sepelio, se realizarán nueve días de luto, al término de los cuales se iniciará el cónclave. Durante este proceso, 133 cardenales elegirán al nuevo sucesor de Francisco.

