La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró este martes que su gobierno ya se está preparando para recibir a miles de mexicanos que residen en Estados Unidos, en caso de que el presidente electo de ese país, Donald Trump, cumpla con su promesa de realizar deportaciones masivas.
«Si llegara a darse una deportación masiva, también estamos listos para dar la bienvenida a todas y todos los mexicanos que, por alguna razón, sean deportados desde Estados Unidos. Es nuestra responsabilidad», afirmó Sheinbaum durante su conferencia de prensa matutina.
Ante preguntas sobre las amenazas del futuro mandatario estadounidense, quien asumirá el cargo el 20 de enero y podría iniciar deportaciones masivas de migrantes indocumentados, Sheinbaum señaló que buscará dialogar con Trump.
«Hemos planteado una estrategia humanitaria que apoya a los migrantes antes de llegar a la frontera norte, y también respaldamos la apertura de vías legales de migración», subrayó.
La presidenta destacó que trabajará en la atención de las causas de la migración, tal como México lo ha hecho con programas sociales como Sembrando Vida, dirigido a campesinos, y Jóvenes Construyendo el Futuro, que brinda oportunidades laborales a aprendices.
«Debemos insistir en que la mejor forma de reducir la migración, si ese es su objetivo, es atender las causas de raíz, como la pobreza y la necesidad. La mayoría de las familias no migran por gusto, sino por necesidad. Esa será siempre nuestra postura», concluyó.
Además, reiteró la importancia de levantar los bloqueos económicos a países como Venezuela y Cuba, argumentando que esas medidas afectan directamente a sus pueblos.
Sheinbaum destacó que la relación con Estados Unidos abarca más que los más de 3,000 kilómetros de frontera compartida y subrayó la necesidad de mantener el respeto a la soberanía mexicana, como ocurrió durante el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
«Vamos a apelar a la relación que existió con la administración pasada y buscar una colaboración similar mediante diálogos de alto nivel en los temas necesarios, siempre respetando nuestra soberanía y principios», agregó.
Por su parte, Tom Homan, quien será el encargado de la política fronteriza del próximo gobierno estadounidense, anunció el 26 de noviembre que las deportaciones masivas comenzarán a implementarse a partir del 20 de enero.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y activistas en Estados Unidos han rechazado estos planes, advirtiendo sobre graves repercusiones humanitarias y económicas. Un informe de la American Immigration Coalition estima que una medida de esta magnitud podría causar una reducción del PIB anual de entre el 4.2 % y el 6.8 %, lo que equivale a pérdidas económicas de entre 1.1 y 1.7 billones de dólares al año.
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