
Cerca de 500 personas que marcharon desde el mediodía por la avenida Insurgentes Sur expresaron su descontento por la reapertura de la plaza más grande del mundo después de 623 días de cierre, bajo el lema de «Esa plaza se va a caer».
La tensión alcanzó su punto máximo cuando un grupo encapuchado provocó enfrentamientos con la policía y aficionados, utilizando piedras, botellas y barras para dañar parte de la fachada y el acceso principal.
A pesar de la respuesta de las autoridades de la SSC, que resistieron y bloquearon un posible ingreso violento, la situación se tranquilizó con el aumento de la presencia policial en el lugar.
Con el tiempo, la policía logró controlar la situación, retirando a los manifestantes que, en su camino, confrontaron y agredieron a otras personas.
Finalmente, el colectivo, bajo la vigilancia de las autoridades, bloqueó temporalmente la avenida de los Insurgentes antes de dispersarse.