
El presidente Andrés ManuelLópez Obrador, elogió la llamada “Marcha Rosa” considerándola como un indicador de la auténtica democracia en México.
No obstante, en una entrevista, desestimó a los participantes, tildándolos de «alcahuetes», especialmente a los intelectuales que previamente guardaron silencio frente a presuntos fraudes electorales en su contra.
Durante la entrega de un templo rehabilitado por los daños del sismo de 2017, López Obrador aseguró que su gobierno no intervendrá en las elecciones, marcando el fin de las prácticas de elecciones de Estado.
Contrarrestando las críticas sobre la calidad democrática de su gobierno, afirmó que buscan una democracia que represente al pueblo, no al poder sin respaldo popular.
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El presidente destacó la garantía de un voto libre y secreto el próximo 2 de junio, rechazando acusaciones de antidemocracia y fraude electoral. Criticó a los conservadores por querer que las minorías elijan a los presidentes, afirmando que su gobierno busca empoderar al pueblo.
Al preguntarle sobre la confianza en el INE, López Obrador expresó confianza en el pueblo de México, resaltando la conciencia política de la población.
Enfatizó el cambio en la asignación de presupuesto, destinado ahora a la gente humilde sin privilegios, lo que, según él, molesta a los críticos. 2017.