
Ante las crecientes inquietudes expresadas por líderes políticos acerca de supuestas emisiones contaminantes en la Zona Metropolitana de Monterrey originadas por la refinería de Pemex, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó enfáticamente tales alegaciones.
El mandatario no solo negó de manera categórica dichas afirmaciones, sino que también manifestó su disposición a invitar al gerente de la refinería de Cadereyta a la conferencia matutina en Palacio Nacional.
En su intervención, López Obrador sugirió la posibilidad de que el gerente explique minuciosamente los procedimientos y las medidas adoptadas para prevenir la contaminación del aire en la región.
Este pronunciamiento surge en medio de demandas y protestas recientes en la capital regia, incluso con la aprobación de una modificación a la legislación ambiental que concede al Congreso de Nuevo León la autoridad para clausurar la refinería.
En un contexto político marcado por las elecciones, López Obrador criticó la demagogia de algunos candidatos que utilizan temas ambientales como bandera electoral.
Asimismo, recordó la propuesta del candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez, de llevar a cabo una consulta ciudadana para buscar el cierre definitivo de la refinería, comparándola con la situación de la refinería de Azcapotzalco en la década de 1980.