
La ciudad de Isesaki, en la provincia japonesa de Gunma, alcanzó el pasado martes una temperatura récord de 41.8 °C, superando el anterior máximo nacional de 41.6 °C registrado horas antes en la misma localidad, así como los 41.2 °C registrados en días recientes en Tamba, prefectura de Hyōgo. Así lo informó la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), que también alertó sobre la posibilidad de temperaturas aún más elevadas en las próximas semanas.
Isesaki, situada en la llanura de Kantō, rompió el récord anterior en medio de una tendencia persistente de calor extremo. En Kioto, se alcanzaron los 40 °C por primera vez desde que se tiene registro, y julio se posicionó como el tercer mes consecutivo con temperaturas sin precedentes. El promedio mensual superó en 2.89 °C el referente climático 1991‑2020.
El impacto del calor no se limitó a Japón. En Corea del Sur, Seúl vivió 22 noches consecutivas con temperaturas superiores a 25 °C, llegando a un mínimo nocturno de 29.3 °C. En Vietnam, 17 regiones reportaron temperaturas anormalmente altas, incluso superando los 40 °C en Hanói, algo nunca antes registrado. Este fenómeno disparó el consumo eléctrico por el uso intensivo de sistemas de aire acondicionado, según The Cool Down.
En el contexto europeo, junio de 2025 fue el tercero más caluroso a nivel global desde 1850 y el más cálido en Europa Occidental desde que hay registros. Según el servicio Copernicus, países como España, Portugal, Turquía, Grecia y el Reino Unido experimentaron olas de calor extremas, con temperaturas superiores a los 38 °C y sensaciones térmicas de hasta 48 °C. Expertos señalaron que estas olas se vieron intensificadas por las altas temperaturas del mar Mediterráneo occidental.
La NOAA, la NASA y Copernicus confirmaron que junio fue el tercer mes más caluroso globalmente desde que existen registros. En Japón, las autoridades reportaron más de 10 mil 800 hospitalizaciones por golpes de calor durante la última semana de julio, con al menos 16 fallecimientos.
El Ministerio de Agricultura japonés también alertó sobre graves consecuencias para la producción agrícola: el calor extremo afectó los cultivos de arroz y provocó infestaciones de chinches, por lo que se implementarán medidas urgentes. Además, el cambio climático ya está modificando tradiciones culturales: la floración de los cerezos ocurre cada vez más temprano, y en algunos casos no se da por completo debido a la falta de inviernos suficientemente fríos.