
Una intensa tormenta causó récords de nieve y lluvia en California, generando pequeños deslizamientos de tierra e inundaciones en algunas calles. Al mismo tiempo, se emitieron alertas de tormentas invernales en regiones que van desde el noreste de Estados Unidos hasta los Apalaches centrales.
Se pronostica que otro sistema de tormentas impactará el noroeste del Pacífico durante la semana de Acción de Gracias, trayendo lluvias y nevadas en zonas de mayor altitud, según el meteorólogo Torry Dooley del Servicio Meteorológico Nacional.
En el Medio Oeste y los Grandes Lagos, se esperan precipitaciones el lunes, mientras que en la costa este el clima adverso afectará especialmente los días de Acción de Gracias y Black Friday. Un sistema de baja presión provocará lluvias en el sureste el jueves antes de dirigirse hacia el noreste, donde ciudades como Boston y Nueva York podrían experimentar lluvias y fuertes vientos.
Las regiones montañosas de Nueva Hampshire, Maine y los Adirondacks podrían recibir nieve, dependiendo de la trayectoria de la tormenta.
La tormenta que azotó la costa oeste, clasificada como un «ciclón bomba» debido a su rápida intensificación, causó fuertes vientos, dejó a cientos de miles sin electricidad y derribó árboles en Washington y California. En Santa Rosa, California, se registraron 32 cm de lluvia en tres días, marcando un récord histórico. Las inundaciones también obligaron al cierre de la carretera costera del Pacífico en el condado de Mendocino, sin una fecha estimada de reapertura.
En Seattle, más de 87,000 personas permanecieron sin electricidad debido al fenómeno conocido como «río atmosférico», una corriente de humedad intensa que cruzó el cielo. Equipos de emergencia trabajaron para despejar calles y restaurar servicios, mientras se habilitaban centros de calentamiento para los afectados.
En el noreste, una tormenta trajo lluvias y nevadas a Nueva York y Nueva Jersey, mientras que en Virginia Occidental se registraron acumulaciones de hasta 61 cm de nieve en las montañas Allegheny. Aunque las condiciones meteorológicas representaron un desafío, las lluvias han contribuido a aliviar una sequía prolongada en el noreste, mientras que las nevadas beneficiaron a centros de esquí que se preparan para la temporada invernal.
Finalmente, los meteorólogos anticipan que ambas tormentas comenzarán a disiparse hacia finales del fin de semana, con una mejora gradual de las condiciones climáticas en las costas este y oeste.
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