
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, asumió este viernes su tercer mandato consecutivo, enfrentando denuncias de fraude y aislamiento internacional, pero respaldado por las fuerzas armadas y el control absoluto sobre los demás poderes del Estado.
Durante la ceremonia, el mandatario prometió que este período presidencial sería «el período de la paz», en un juramento ante Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento y dirigente chavista. Rodríguez le otorgó formalmente la investidura como presidente constitucional.
La toma de posesión ocurrió un día después de una protesta opositora que incluyó denuncias sobre el breve arresto de su líder, María Corina Machado, el cual fue desmentido por el gobierno como un «invento». Mientras tanto, las probabilidades de que Edmundo González Urrutia asuma el cargo se desvanecen.
Maduro, a través de su canal en Telegram, reiteró que ningún intento de la oposición o de gobiernos extranjeros, a los que calificó como «fascistas» e «imperialistas», detendría su juramentación. Por su parte, el acto oficial tuvo lugar en la sede del Parlamento, controlada por el chavismo, con un llamado a sus seguidores para que se movilizaran masivamente en apoyo.
A nivel internacional, el Reino Unido impuso sanciones a 15 altos funcionarios venezolanos, calificando el gobierno de Maduro como «fraudulento». Estados Unidos también sancionó a ocho altos cargos, entre ellos el presidente de PDVSA, el ministro de Transporte y el jefe de la aerolínea estatal Conviasa, según el Departamento del Tesoro. Washington, además, aumentó a 25 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro y su ministro del Interior, acusados de narcotráfico y corrupción.
En el centro de Caracas, el gobierno reforzó la seguridad en las cercanías del Parlamento y otros edificios públicos, con retenes policiales y militares fuertemente armados. Mientras tanto, Venezuela ordenó el cierre de su frontera terrestre y espacio aéreo con Colombia hasta el lunes, justificando la medida con una supuesta «conspiración internacional» para derrocar a Maduro.
Por otro lado, Washington expresó su respaldo a Edmundo González Urrutia, quien recientemente visitó la Casa Blanca y es reconocido por Donald Trump como «presidente electo». Sin embargo, el opositor permanece en República Dominicana, desde donde planeaba regresar a Caracas para intentar asumir el cargo. El gobierno venezolano ha advertido que lo trataría como «invasor» si ingresa sin autorización.