Kamala Harris hizo historia anoche al convertirse en la primera candidata presidencial demócrata de color y de ascendencia india, prometiendo ser “la presidenta de todos” y reconociendo a Estados Unidos como un país “de migrantes” con la capacidad de mantener “fronteras seguras”.
Vestida de negro en un escenario donde muchas delegadas vestían de blanco en honor a las sufragistas, Harris recibió una ovación de pie al cerrar la última jornada de la Convención Nacional Demócrata, donde aceptó formalmente la candidatura.
Acompañada de su esposo, Doug Emhoff, quien no pudo contener las lágrimas en su décimo aniversario de bodas, Harris agradeció primero al presidente Joe Biden, quien no estuvo presente, destacando su trayectoria y carácter inspirador. Luego expresó su gratitud a su compañero de fórmula, el candidato vicepresidencial Tim Walz.
Harris también habló de su origen, mencionando a su madre, Shyamala Harris, inmigrante de la India, y a su padre, de Jamaica. De ellos, dijo, aprendió a ser intrépida y a actuar ante las injusticias. Subrayó que toda su carrera la ha dedicado a servir al pueblo estadounidense, sin importar su origen o idioma, y aceptó la nominación en nombre de todos los ciudadanos.
En su discurso, Harris señaló que la nación tiene la oportunidad de superar la amargura y el cinismo del pasado y construir un futuro mejor. Prometió ser una presidenta para todos los estadounidenses, defendiendo el Estado de derecho y la transferencia pacífica del poder, comprometiéndose a unir al país en torno a sus aspiraciones más altas.
Aludiendo a su experiencia como fiscal en California, Harris destacó su compromiso con la seguridad, enfrentándose a los cárteles y protegiendo a los más vulnerables. En respuesta a las críticas republicanas sobre la seguridad fronteriza, prometió fortalecer las leyes migratorias y reformar el sistema de inmigración.
Otro tema central fue el aborto, donde marcó un claro contraste con su rival Donald Trump, afirmando que Estados Unidos no puede prosperar sin que los ciudadanos tengan el derecho a decidir sobre sus vidas. Harris alertó sobre las graves consecuencias de un segundo mandato de Trump y prometió una economía de oportunidades para todos.
En política exterior, defendió alianzas como la OTAN y abogó por un cese al fuego en la guerra entre Israel y Hamas, reconociendo los derechos tanto de Israel como del pueblo palestino. También hizo un llamado a valorar la democracia y luchar por las generaciones futuras, concluyendo que la verdadera batalla contra Trump comienza ahora, con el primer desafío en el debate del 10 de septiembre.
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