Israel anunció el lunes que está investigando un bombardeo en la Franja de Gaza realizado el domingo, el cual resultó en la muerte de varios civiles y tenía como objetivo a milicianos de Hamás, según el ejército.
De acuerdo con los primeros informes, el ataque provocó un incendio. «Los terroristas se escondían en el sótano», afirmó Avi Hyman, portavoz del gobierno israelí, en una conferencia de prensa.
«Estamos investigando. Cualquier pérdida de vidas civiles es grave y terrible», añadió, asegurando que Israel «intenta limitar las víctimas civiles».
Según Hyman, el ataque estaba dirigido a dos miembros de Hamás responsables de «numerosos ataques en Judea y Samaria», términos que algunos miembros del gobierno israelí usan para referirse a Cisjordania ocupada.
Por otro lado, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, expresó el lunes su «horror» ante los ataques de Israel contra un campo de desplazados en Rafah, Gaza, que causaron la muerte de unas 45 personas.
«Horrorizado por las noticias desde Rafah sobre los ataques israelíes que han matado a decenas de personas desplazadas, incluidos niños pequeños. Condenó esto en los términos más enérgicos», dijo Borrell en la red social X.
Borrell afirmó que «no hay ningún lugar seguro en Gaza. Estos ataques deben cesar de inmediato». Además, instó a que «todas las partes deben respetar» las órdenes de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que exigió el fin de los ataques, y el Derecho Internacional Humanitario.
La masacre del domingo en Rafah dejó 45 muertos, incluyendo 23 mujeres, niños y ancianos, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por el movimiento islamista Hamás. Imágenes difundidas por la Media Luna Roja Palestina muestran escenas caóticas de personal médico evacuando a heridos, incluidos niños.
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