
Una tormenta de granizo estuvo a punto de destrozar un avión en pleno vuelo mientras se dirigía a Viena, Austria, desde Palma de Mallorca, España. Los pasajeros y la tripulación no imaginaban lo que les esperaba.
Según la aerolínea Austrian Airlines, el avión voló a través de una «célula de tormenta» con granizo intenso que dañó la nariz de la aeronave, el parabrisas, las ventanas y algunas cubiertas.
En las redes sociales circulan fotos del estado del avión tras sobrevivir a la tormenta el pasado domingo, mostrando la parte delantera del avión casi destruida y el parabrisas gravemente dañado, como si hubiera sido bombardeado.
La tripulación explicó que no fue posible detectar la tormenta a través del radar, por lo que se encontraron de frente con el meteoro, obligando al piloto a enviar una señal de emergencia a la torre de control, que luego confirmó el incidente.
Un pasajero comentó que sintieron una fuerte sacudida y que el aterrizaje fue «un poco más turbulento de lo habitual». Sin embargo, a pesar de los graves daños, el avión aterrizó sin mayores problemas y ningún pasajero resultó herido. Un contingente de servicios de emergencia acudió a la pista inmediatamente.
Ya en tierra firme y al observar el resultado de la tormenta en el avión con los cristales delanteros destrozados, los pasajeros comprendieron que el piloto había aterrizado a ciegas y lo cerca que estuvieron de colapsar.
Este no es un caso aislado; hace unas semanas, dos aviones sufrieron turbulencias intensas que dejaron un hombre muerto y varios heridos. Según los científicos, a medida que el cambio climático empeore, estos fenómenos serán cada vez más frecuentes e intensos.