El senador Bob Menéndez fue declarado culpable hoy, 16 de julio, de los 16 cargos penales en su juicio por corrupción por un jurado en un tribunal federal de Manhattan.
Después de deliberar durante más de 12 horas en tres días, el jurado emitió un veredicto en el caso de Menéndez, de 70 años, quien se había declarado inocente de todos los cargos, incluidos soborno, obstrucción a la justicia y actuar como agente extranjero.
El juicio se centró en varios esquemas de soborno en los que Menéndez y su esposa, Nadine Menéndez, aceptaron cientos de miles de dólares en efectivo, lingotes de oro y pagos de automóviles e hipotecas de tres empresarios que buscaban su ayuda.
A cambio de estos sobornos, Menéndez ayudó a canalizar miles de millones de dólares en ayuda estadounidense a Egipto, donde uno de los empresarios, Wael Hana, tenía vínculos con funcionarios del gobierno. Además, Menéndez fue acusado de intentar influir en las investigaciones penales de otros dos empresarios, Fred Daibes y José Uribe.
Hana y Daibes, coacusados en el juicio, también fueron condenados por todos los cargos. Uribe se declaró culpable y testificó en contra de Menéndez.
Este no es el primer enfrentamiento de Menéndez con la justicia por corrupción; en 2017, un juicio anterior terminó en un juicio nulo en Nueva Jersey.
Menéndez dimitió como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado tras ser acusado en septiembre, pero ha resistido las presiones de sus compañeros demócratas para que renuncie. Planea presentarse como candidato independiente a la reelección en noviembre, aunque sus posibilidades de éxito se consideran bajas.
Durante el juicio, se presentaron al jurado algunos de los lingotes de oro incautados en la casa de Nueva Jersey que Menéndez compartía con su esposa. Los agentes también encontraron más de 480 mil dólares en efectivo, algunos de los cuales estaban en sobres dentro de una chaqueta con el nombre del senador.
Los abogados defensores argumentaron que Menéndez defendía a los empresarios de su estado como parte de sus deberes senatoriales normales y trataron de culpar a su esposa, a quien los fiscales describieron como la intermediaria de los sobornos. Sostuvieron que los lingotes de oro se encontraron en el armario de ella y que ambos llevaban vidas separadas, con Menéndez ajeno a las finanzas de su esposa.
La defensa también afirmó que Menéndez había adquirido el hábito de guardar dinero en efectivo en casa, como sus padres, que huyeron de Cuba con dinero en efectivo escondido en un reloj.
Nadine Menéndez será juzgada por separado más adelante. No asistió al juicio de su esposo tras ser diagnosticada con cáncer de mama.
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