Una persona perdió la vida y más de 170 edificios quedaron destruidos o dañados tras un incendio de gran escala en la ciudad de Oita, ubicada en la isla de Kyushu. El siniestro obligó a evacuar a más de 170 residentes y mantuvo a cientos de bomberos trabajando durante el miércoles, mientras las llamas avanzaban hacia un bosque cercano, según autoridades y medios públicos.
El fuego se originó la tarde del martes en el distrito costero de Saganoseki y avanzó rápidamente entre viviendas antiguas y calles angostas, impulsado por fuertes vientos y condiciones de sequedad. De acuerdo con reportes preliminares, las llamas incluso alcanzaron una isla deshabitada mar adentro.
La prefectura confirmó un fallecimiento. La cadena pública NHK informó que la policía, que buscaba a un hombre de 76 años reportado como desaparecido, encontró un cuerpo en su casa. Además, una mujer de alrededor de 50 años sufrió quemaduras leves. Casi 24 horas después del inicio del fuego, los equipos de emergencia continuaban “arrojando agua sobre enormes llamas que consumían viviendas”, mientras los evacuados eran trasladados a un refugio provisional, según imágenes difundidas por NHK.
Las autoridades locales indicaron que la rápida propagación pudo deberse a “la falta de lluvia, el aire seco y las casas de madera muy cercanas entre sí”, factores que dificultaron la entrada de camiones cisterna y el desplazamiento de los equipos de emergencia.
El informe preliminar estima más de 170 estructuras afectadas y cerca de 5 hectáreas calcinadas, además de cortes de electricidad en varias centenas de viviendas. El gobierno central envió apoyo aéreo, incluidos helicópteros de las Fuerzas de Autodefensa, para realizar descargas de agua, mientras continuaban evacuaciones voluntarias en zonas amenazadas por chispas y brasas. La primera ministra Sanae Takaichi expresó sus condolencias y aseguró que brindará apoyo para la recuperación.
Medios japoneses señalan que este incendio es el mayor siniestro urbano en el país en casi 50 años —excluyendo los relacionados con terremotos—, superando en magnitud al ocurrido en 2016 en Itoigawa.
La investigación sobre el origen del fuego continúa; especialistas analizan la forma en que se propagó en un sector portuario de estructuras antiguas de madera, pasajes estrechos y viviendas contiguas, un entorno históricamente propenso a conflagraciones cuando coinciden vientos intensos y baja humedad.