
El 26 de noviembre se celebra el Día Mundial del Olivo con la finalidad de proteger y preservar un árbol emblemático que, de acuerdo con la UNESCO, servirá para fortalecer los valores humanos y culturales entre los pueblos, ya que representa la sabiduría, la armonía y la paz.
El día 26 de noviembre de 1992 se inauguró el Consejo Oleícola Internacional (COI) en Madrid, España con la finalidad de contribuir al desarrollo responsable y sostenible del árbol de olivo, así como las políticas a adoptar ante los retos que afronta este sector.
Es por ello que esta fecha ha sido señalada para celebrar el Día del Olivo, reivindicando su importancia en la agricultura, la economía y la cultura.
La UNESCO aprobó la conmemoración del Día Mundial del Olivo en su 40ª Conferencia General en París celebrada en el año 2019, como símbolo inequívoco y universal de paz, sabiduría y armonía.
El olivo es un árbol milenario de gran belleza que es originario de las zonas adyacentes al mar mediterráneo. Se caracteriza por dar como fruto la popularmente conocida oliva, la cual se utiliza para la elaboración de aceites de muy buena calidad, así como para dar sabor a los alimentos.
Otros de los nombres tradicionales que se le da a la oliva es aceituna que es muy apetecible en muchas regiones del mundo. Este árbol puede llegar a medir hasta doce metros, de color verde oscuro, tronco bastante ancho, que necesita de un clima adecuado, donde las temperaturas no sean muy bajas.
Este mágico árbol encierra muchos misterios, uno de ellos es el que tiene que ver con la creencia de que representa la inmortalidad. Desde la antigua Atenas, ya se conocía de su existencia, sin embargo, se desconoce desde cuándo empezó a cultivarse, pero de acuerdo a los datos recaudados, se cree que puede ser 4.000 años antes de Cristo.
A través de la historia, se sabe que el olivo ha sido venerado por distintas culturas, considerándolo sagrado. Aparece como una figura emblemática, que al parecer provoca en el imaginario colectivo, una idea de resurrección y esperanza que viene desde la época cuando Jesús predicaba en el huerto de Getsemaní.
También simboliza la armonía y paz universal. Ya cobraba importancia para los fenicios, y los atenienses, ya que su imagen aparece sobre la tumba del rey Tutankamón.
Hoy es un icono utilizado para representar organizaciones como el escudo de la ONU, donde se puede ver una corona de ramas de olivo y hasta en las Olimpiadas de Atenas celebradas en el 2004 fue utilizado como emblema.