
El Día Mundial de la Alimentación, es una fecha impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El objetivo principal de esta conmemoración es reducir el hambre en el mundo, alineándose con la meta de hambre cero de la Agenda 2030.
En 2024, la FAO ha adoptado el lema «Derecho a los alimentos para una vida y futuro mejores» para promover la campaña de ese año.
En años anteriores, como en 2023, el lema fue «El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás», destacando la importancia del agua, ya que constituye más del 50% de nuestro cuerpo y cubre el 71% de la superficie terrestre.
A pesar de ello, solo el 2,5% es agua dulce apta para el consumo, la agricultura y la industria.
La creciente demanda de agua, debido a factores como el crecimiento poblacional, la urbanización y el cambio climático, ha reducido la cantidad disponible de agua dulce en un 20% en las últimas décadas.
Esto resalta la urgencia de gestionar este recurso de forma sostenible, para asegurar su equitativa distribución y la preservación de los ecosistemas acuáticos.
Hoy también celebramos el Día Internacional del Pan y tiene como propósito reconocer a uno de los alimentos más tradicionales a nivel mundial, resaltando su valor nutricional y su importancia en la dieta diaria. Esta conmemoración fue impulsada por la Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros (UIBC).
El pan, tal como lo conocemos hoy, tiene sus raíces en las civilizaciones más antiguas. Desde tiempos remotos, se ha elaborado utilizando trigo. En sus orígenes, los granos eran triturados y mezclados con agua para formar una masa, la cual se horneaba. Con el tiempo, la tecnología permitió perfeccionar su proceso de fabricación.
Los egipcios descubrieron la levadura, mejorando el sabor del pan mediante la fermentación de la masa. Los griegos añadieron miel y nueces, y los romanos desarrollaron nuevas técnicas, creando equipos como las máquinas de amasar. Además, fundaron el primer gremio de panaderos. Desde entonces, el pan ha ganado popularidad en todo el mundo, convirtiéndose en un alimento accesible y nutritivo.
A lo largo de la historia, el pan ha estado presente en las mesas de muchas familias. Elaborado con trigo, es uno de los alimentos más antiguos que existen. Aunque cada país tiene su propio estilo de preparación, los ingredientes principales siguen siendo harina de trigo, levadura, agua y sal, lo que da lugar a un crujiente y aromático pan.
Existen diferentes tipos de pan, entre los más destacados están:
-Pan de trigo: Puede ser blanco o integral, siendo este último más saludable por su alto contenido en fibra.
-Pan de maíz: Sin gluten, es ideal para personas con altos niveles de ácido úrico o celíacas.
-Pan de centeno: De sabor amargo, contiene más fibra y se mezcla con otras harinas para darle esponjosidad.
-Pan germinado: Elaborado con semillas germinadas, no requiere levadura.
-Pan de espelta: Más digerible y con menos gluten, es apto para quienes tienen intolerancia al trigo.
Desde tiempos antiguos, el pan ha sido un alimento esencial para el ser humano, ayudando a satisfacer el hambre incluso en momentos de crisis. Además de su relevancia culinaria, sigue siendo un elemento simbólico en ciertos rituales religiosos, como en la eucaristía cristiana.
El pan continúa siendo una pieza fundamental en la dieta de millones de personas alrededor del mundo, destacando como una creación culinaria que ha perdurado a lo largo de la historia.