
La explosión de una pipa de gas ocurrida en el Puente de La Concordia, en Iztapalapa, no solo dejó un saldo humano devastador con seis personas fallecidas y decenas de heridos, sino que también impactó a seres indefensos que pocas veces se mencionan: los animales que habitaban en la zona.
Entre el humo y los escombros también surgieron historias de esperanza. Uno de los primeros en ser auxiliados fue un perro con quemaduras en el hocico y una paloma que perdió gran parte de sus plumas.
Ambos fueron rescatados y trasladados por brigadistas de la Unidad de Control y Bienestar Animal, quienes les brindaron atención inmediata. Actualmente, permanecen bajo tratamiento en las instalaciones de la Brigada de Vigilancia Animal (BVA) en Xochimilco, donde reciben cuidados veterinarios especializados.
La historia más conmovedora es la de “Cereza”, una perrita en estado de gestación que resultó gravemente herida. Una vecina la encontró en condiciones críticas y la llevó a la organización “Huellitas, amor sin fronteras”. Debido a sus quemaduras y a su delicado estado, fue sometida a una cesárea de emergencia para intentar salvar tanto su vida como la de sus crías.