En el marco del 80 aniversario del ataque nuclear sobre Hiroshima, la ciudad japonesa hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para alcanzar un acuerdo que ponga fin al uso y posesión de armas nucleares.
Durante la ceremonia conmemorativa, el alcalde Kazumi Matsui leyó una declaración de paz en la que instó a los líderes globales a reflexionar sobre las consecuencias de sus políticas y a trabajar desde la sociedad civil para abolir el armamento atómico. “Aunque los Estados vivan momentos de tensión, nosotros, como pueblo, no debemos rendirnos. Debemos redoblar esfuerzos para alcanzar un consenso social que rechace las armas nucleares”, afirmó.
El alcalde también extendió una invitación directa a los mandatarios del mundo para visitar Hiroshima, conocer de primera mano los estragos de la bomba y comprometerse a construir un nuevo marco de seguridad sustentado en la confianza y el diálogo.
Más de 55 mil personas de 120 países y regiones se congregaron en el Parque Memorial de la Paz a pesar del calor extremo. A las 8:15 de la mañana, hora en que cayó la bomba “Little Boy” en 1945, se guardó un minuto de silencio acompañado del repique de la Campana de la Paz. Ese ataque causó la muerte inmediata de aproximadamente 70 mil personas, cifra que se duplicó antes de finalizar ese mismo año.
En su intervención, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, reiteró el compromiso del país con un mundo libre de armas nucleares. Destacó que Japón, como única nación víctima de bombardeos atómicos, tiene la responsabilidad de liderar los esfuerzos internacionales en ese sentido y subrayó su rechazo a compartir armamento nuclear con Estados Unidos, respetando los tres principios no nucleares adoptados por el país.
Mientras se celebraba el acto, se escucharon manifestaciones en contra de las armas nucleares en las inmediaciones del lugar.
El evento contó con la participación sin precedentes de representantes de 120 países y regiones, incluidos Israel, Palestina, Ucrania y Taiwán, aunque Rusia se ausentó por segundo año consecutivo. Bielorrusia, aliado ruso, asistió por primera vez desde 2021 tras el levantamiento del veto de la ciudad.
También estuvieron presentes varias potencias con capacidad nuclear como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, India (que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear) e Israel.
En el marco del aniversario, la directora ejecutiva de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), Melissa Parke, alertó sobre el riesgo sin precedentes de un posible uso de armas atómicas debido a las tensiones internacionales actuales. Señaló que el discurso sobre el posible uso “táctico” de este tipo de armamento es especialmente preocupante, recordando que las bombas de Hiroshima y Nagasaki se clasificarían hoy bajo esa categoría.
Este aniversario adquiere un significado especial, ya que marca la primera vez en que el número de sobrevivientes reconocidos oficialmente del bombardeo atómico en Japón ha caído por debajo de los 100 mil desde que se instauró el sistema de registro en 1957. Hiroshima sigue siendo la prefectura con más personas con cartilla de salud de hibakusha (sobrevivientes), seguida por Nagasaki y Fukuoka.
El ataque nuclear sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, seguido por el de Nagasaki tres días después, precipitó la rendición de Japón el 15 de agosto de ese año y puso fin a la Segunda Guerra Mundial. En total, alrededor de 210 mil personas murieron y más de 150 mil resultaron heridas, dejando profundas secuelas humanitarias y medioambientales que perduran hasta hoy.