
El Día del Niño en México se celebra anualmente el 30 de abril, marcando cien años desde su establecimiento en 1924 por el presidente Álvaro Obregón y el Ministro de Educación José Vasconcelos, quienes ratificaron la Declaración de Ginebra de los Derechos del Niño del mismo año.
Este día conmemorativo honra a los niños y recuerda sus derechos fundamentales, como el derecho al desarrollo, la asistencia en momentos de necesidad, la prioridad en la ayuda, la protección contra la explotación y el acceso a una educación que fomente la conciencia social y el sentido del deber.
La Declaración de Ginebra fue un hito crucial que condujo a la aprobación posterior de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 por la Asamblea General de la ONU, y a la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
El Día Universal del Niño, designado por la ONU el 20 de noviembre, es una oportunidad para celebrar los derechos de los niños a nivel global, mientras que cada país puede elegir una fecha nacional para destacar estos ideales.
En México residen aproximadamente 40 millones de menores, lo que equivale a cerca de un tercio de la población, entre cero y 18 años de edad. De estos, alrededor de la mitad vive en situación de pobreza, según destacó Carmen Gabriela Ruiz Serrano, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
En relación al Día del Niño, Ruiz Serrano señaló que el 90% de los niños y adolescentes que hablan lenguas indígenas se encuentran en situación de pobreza, lo que les impide ejercer plenamente sus derechos.
La investigadora subrayó que esta situación se manifiesta en diversas problemáticas, como las violencias estructurales derivadas de la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades, así como en los abusos que pueden sufrir en el ámbito doméstico, como el abuso sexual, psicológico y la negligencia.
Desde una perspectiva social, Ruiz Serrano destacó que la infancia es una etapa dinámica y contextual que influye en la forma en que percibimos el mundo y nos relacionamos con él. Por lo tanto, es crucial cuidar de esta etapa como un período formativo que moldea nuestra vida futura.
La pandemia ha exacerbado algunas de estas problemáticas, como el reclutamiento por parte del crimen organizado, el abuso sexual y la producción de pornografía infantil en redes sociales. Además, el hogar no siempre es un lugar seguro, ya que muchos niños sufren abusos dentro de él.
A pesar de los avances jurídicos, como la Convención de los Derechos del Niño y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en México, aún falta traducir estos derechos en acciones concretas y entornos seguros para los niños.
Ruiz Serrano enfatizó la importancia de reconocer a los niños como actores sociales, políticos y culturales, capaces de tomar decisiones y definir sus propias metas.
El cuidado de la infancia es una responsabilidad compartida por toda la sociedad, y se necesita una perspectiva comunitaria para garantizar un entorno seguro y de apoyo para los niños y niñas en todas las circunstancias.
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