
El Centro Médico Regional Asante Rogue en Medford, Oregon, se encuentra en el epicentro de una investigación minuciosa tras el fallecimiento de al menos 10 pacientes, vinculado al presunto actuar de una ex enfermera.
La sospecha recae en la sustitución del fentanilo intravenoso con agua del grifo, desatando así una profunda pesquisa por robo de medicamentos.
La alerta temprana fue dada por el propio personal médico, quienes informaron a las autoridades el mes pasado. Las indagaciones señalan que la exempleada, ahora bajo la lupa, habría inyectado agua del grifo no esterilizada a los pacientes para ocultar el cambio.
Este turbio episodio, que se estima inició en el otoño de 2022, plantea serias interrogantes sobre la integridad y seguridad en el ámbito hospitalario.
El trágico desenlace se agrava con informes que sugieren hasta 10 decesos relacionados con infecciones derivadas de la sustitución de analgésicos por agua del grifo.
El fentanilo farmacéutico, destinado a aliviar el dolor en pacientes oncológicos o postoperatorios, fue sustituido, según las pesquisas, con la intención de encubrir el ilícito.
Familiares de los fallecidos han recibido notificaciones que atribuyen las muertes a infecciones causadas por esta oscura sustitución.
La policía de Medford ha expresado su inquietud ante la posibilidad de que este comportamiento tenga consecuencias adversas en la atención a los pacientes.
Aunque el alcance del impacto aún no ha sido completamente esclarecido, el hospital, conmocionado por la situación, ha emitido un comunicado garantizando su plena colaboración con las autoridades en la investigación.
La Autoridad de Salud de Oregón se ha sumado activamente al proceso de investigación, evaluando los informes que indican que los incidentes podrían haber desencadenado infecciones asociadas a la atención médica, resultando en daños graves e incluso la muerte de varios pacientes.
Hasta el momento, las autoridades no han confirmado la realización de arrestos en relación con estos hechos.