
Pam Bondi, fiscal de la administración de Donald Trump, acusó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de colaborar con el Cártel de Sinaloa, el Cártel de los Soles y el grupo criminal Tren de Aragua para traficar drogas hacia Estados Unidos.
En este contexto, el gobierno republicano duplicó la recompensa ofrecida durante el mandato de Joe Biden, elevándola de 25 a 50 millones de dólares, a cambio de información que lleve a la detención del mandatario sudamericano.
“Maduro no escapará a la justicia y deberá responder por sus despreciables crímenes”, afirmó Bondi, quien señaló que la DEA ha confiscado hasta ahora 30 toneladas de cocaína relacionadas con el líder chavista, de las cuales casi siete estarían directamente vinculadas a él. Según la funcionaria, esta droga constituye la principal fuente de ingresos de los cárteles que operan desde Venezuela y México.
El Departamento de Justicia también ha incautado 700 millones de dólares en bienes de Maduro, incluidos dos jets privados. La DEA lo acusó formalmente en marzo de 2020, junto con otros 14 funcionarios venezolanos, por delitos de narcoterrorismo, corrupción y narcotráfico. Además, el Tesoro de Estados Unidos sancionó en 2019 a sus hijastros Walter, Yoswal y Yosser, y a sus sobrinos Efraín Antonio Campo y Franqui Francisco Flores, estos últimos arrestados en Haití en 2015 por conspirar para introducir 800 kilos de cocaína a territorio estadounidense.
Bondi también destacó que la cocaína traficada por estas redes suele mezclarse con fentanilo, un opioide sintético que ha causado graves crisis de salud en Estados Unidos. La Casa Blanca ha catalogado al Tren de Aragua como una organización terrorista global.
En respuesta, el canciller venezolano, Yván Gil, calificó de “patética” y “ridícula” la nueva recompensa, asegurando en Telegram que se trata de “la cortina de humo más absurda” y de una maniobra para distraer a la opinión pública en Estados Unidos.