
En los hogares de México, la sidra no solo representa una bebida festiva, sino un valioso tesoro nutricional. Al brindar con esta deliciosa opción durante la celebración de Año Nuevo, no solo estás conmemorando, sino también aprovechando sus beneficios en antioxidantes y vitamina B.
La abundancia de vitaminas en la sidra abarca desde la vitamina C hasta varias del grupo B, como B1, B2, B3, B6 y B7, sumando también las vitaminas E y K.
A este conjunto se suman minerales esenciales como potasio, zinc, magnesio, fósforo y sodio. Sin embargo, su atractivo va más allá; la sidra se presenta con antioxidantes naturales, que son aliados efectivos contra los radicales libres.
No menos destacable es su contenido de polifenoles, entre los que se incluye la quercetina, reconocida por su capacidad para combatir alergias de manera natural.
Además de ser depurativa y diurética, la sidra contribuye a regular los niveles de azúcar en la sangre, previene la formación de cálculos renales y ofrece un brindis con una historia que se remonta a hebreos, egipcios y griegos, evolucionando con los árabes y adquiriendo su carácter ácido y efervescente en manos de los españoles en Asturias.
En la actualidad, México se destaca como un importante productor, con municipios como Huejotzingo y Zacatlán de las Manzanas en Puebla, liderando el camino.
La sidra dulce, elaborada con manzanas de la cosecha de 2022, promete no solo un sabor exquisito, sino también beneficios digestivos que la convierten en la elección ideal después de las abundantes comidas festivas.
A pesar de su naturaleza alcohólica, su baja graduación, que oscila entre el 3% y el 8%, la posiciona como una opción moderada desde el punto de vista nutricional, aportando 4 gramos de alcohol, seis gramos de hidratos de carbono y 52 calorías en 100 cc.
¡Por la salud y la prosperidad en este Año Nuevo!