
Esta fecha tiene como objetivo sensibilizar al mundo sobre la urgencia de erradicar la violencia sexual en contextos de guerra, rendir homenaje a quienes han sido víctimas de estos actos atroces y reconocer el trabajo de las personas y organizaciones que luchan día a día contra este tipo de crímenes.
Erradicar la violencia sexual: una meta para 2025
Las agresiones sexuales durante los conflictos bélicos son una grave violación de los derechos humanos y se consideran crímenes de lesa humanidad. Por ello, en 2025, la Organización de las Naciones Unidas se ha fijado como propósito terminar con esta problemática o al menos reducirla significativamente.
El lema de este año reflexiona sobre una idea crucial: «Romper el ciclo, sanar las heridas: abordar los efectos intergeneracionales de la violencia sexual relacionada con los conflictos».
¿A qué se refiere la violencia sexual?
Este tipo de violencia implica cualquier acto o amenaza de carácter sexual ejercido sin consentimiento, en el que se obliga a una persona a participar en actos sexuales en contra de su voluntad.
La violencia sexual atenta contra la dignidad física y emocional de las víctimas, forzándolas mediante la intimidación o el poder a someterse a situaciones degradantes y brutales.
Durante conflictos armados, las mujeres y los niños suelen ser los más afectados, sufriendo diversas formas de violencia como la explotación sexual, esclavitud, violaciones y prostitución forzada.
Consecuencias de la violencia sexual en las víctimas
Las personas que sobreviven a estos abusos arrastran profundas secuelas tanto físicas como psicológicas que persisten durante años, marcando sus vidas de manera irreversible.
Muchas víctimas requieren apoyo profesional para comenzar a sanar, mientras que otras deben enfrentar el reto de convivir con estos recuerdos traumáticos a lo largo de su vida.
Por este motivo, la ONU designó un día especial para promover acciones concretas que prevengan y eliminen la violencia sexual en escenarios de conflicto en todo el mundo.
El objetivo central es brindar un respaldo integral y humano a las personas afectadas, garantizando su acceso a servicios de salud, apoyo psicológico, educación sexual, defensa de sus derechos fundamentales y ayuda económica para su recuperación y reintegración.