
Cada 27 de febrero se celebra el Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos con el propósito de destacar la importancia de la donación de órganos y reconocer tanto a los donantes como a los profesionales de la salud que hacen posible que los receptores recuperen funciones perdidas o continúen con su vida.
En México, se realizan aproximadamente siete mil trasplantes al año, incluyendo riñón, córnea, hígado, corazón, pulmón y distintos tejidos musculares y óseos. De estos procedimientos, el 85 % se lleva a cabo en instituciones públicas, mientras que el 15 % ocurre en el sector privado.
Según cifras del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) del año pasado, 19,774 personas esperaban un órgano, siendo las córneas, los riñones y el hígado los más demandados.
Existen dos tipos de donación:
– Donación post mortem: Consiste en la entrega de órganos tras el fallecimiento del donante, quien puede tener entre 2 y 80 años. Los órganos y tejidos disponibles para trasplante dependen de la causa de la muerte:
En caso de paro cardíaco-respiratorio, únicamente pueden donarse tejidos como las córneas, debido a la interrupción del flujo sanguíneo y oxígeno en el cuerpo.
En situaciones de muerte cerebral, es posible donar órganos como el corazón, hígado, pulmones, páncreas y algunos tejidos.
– Donación en vida: En ciertos casos, una persona puede donar un órgano o parte de él sin comprometer su bienestar. Aquellos entre 18 y 50 años, tras aprobar evaluaciones médicas y psicológicas, pueden donar un riñón, un fragmento de hígado, médula ósea o sangre del cordón umbilical, asegurando siempre su salud.
Antes de cualquier trasplante, se realizan estudios para garantizar que los órganos y tejidos sean aptos para el receptor y descartar riesgos como infecciones o cáncer. Además, deben cumplirse los lineamientos establecidos por la Ley General de Salud y CENATRA.