
Hoy rendimos homenaje a una planta de la familia de las gramíneas, reconocida como uno de los recursos agroforestales más importantes a nivel mundial: el bambú.
Esta planta juega un papel esencial en la producción de alimentos de manera sostenible y en la preservación de la biodiversidad, contribuyendo así a la seguridad alimentaria.
Además, el bambú ayuda a mitigar el cambio climático y reducir los gases de efecto invernadero, colaborando con la erradicación del hambre y la pobreza, al tiempo que mejora la salud de las personas.
El origen de esta celebración se remonta al VIII Congreso Mundial del Bambú, que tuvo lugar en Bangkok el 18 de septiembre de 2009. En este evento, el Departamento Forestal de la Realeza de Tailandia proclamó por primera vez el Día Mundial del Bambú.
Desde entonces, este día se conmemora en los países que cultivan bambú, organizando actividades educativas, desarrollos industriales y campañas de concienciación sobre las ventajas ecológicas y los beneficios del bambú.
El bambú, conocido científicamente como bambusoideae, es una planta de gran tamaño, originaria de China, que puede alcanzar hasta 25 metros de altura. Debido a la resistencia de su tallo, se le denomina «acero vegetal» en algunas regiones.
Existen más de 1.200 especies, distribuidas en casi todos los continentes, excepto Europa y la Antártida. Crece mejor en ambientes húmedos y con luz solar directa.
A lo largo de la historia, el bambú ha sido clave en el desarrollo de varias culturas, especialmente en Asia, donde se ha utilizado en la construcción, conservación de alimentos, producción de biomasa, medicina, artesanía, biocombustibles, papel y hasta en instrumentos musicales.
Beneficios del bambú para la salud
-Alto contenido en fibra, lo que mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.
-Rico en potasio, que ayuda al buen funcionamiento del sistema nervioso y regula la presión arterial.
-Utilizado en la medicina tradicional asiática por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
-Contiene silicio, esencial para la salud ósea.
-Ayuda a aliviar los síntomas de la menopausia.
En México no existen especies endémicas de bambú, pero sí se encuentran especies nativas, con 36 especies leñosas y cuatro herbáceas registradas.
Destacan especialmente las guaduas, el cañizo y la caña brava, que pertenecen al género Guadua, con cinco especies nativas: Guadua aculeata, G. amplexifolia, G. longifolia, G. paniculata y G. velutina.
Estas especies se distribuyen principalmente en estados de clima tropical como Veracruz, Chiapas y Oaxaca, que albergan el mayor número de especies, así como en Tamaulipas, Michoacán y Colima. Los bambúes pueden crecer desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los 4,000 metros.
En las zonas rurales de México, el bambú se utiliza en la construcción de viviendas, cobertizos, muebles, cestería y utensilios. Es valorado por su resistencia y durabilidad, y se emplea para construir paredes, techos, escaleras y cercas vivas. Además, se usa en la medicina herbolaria para curar heridas.
Tradicionalmente, su uso ha estado limitado a las áreas donde crece de forma natural. Uno de los fenómenos más curiosos del bambú es la floración de las guaduas, que ocurre cada 120 años en algunas especies, después de lo cual la planta muere.
En el Jardín Botánico «Francisco Javier Clavijero» de Xalapa, se está creando la primera colección de bambúes nativos de México, un modelo para otros países de América Latina. Asimismo, la Conafor ha contribuido con investigaciones para mejorar su uso en la construcción y otros productos.
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