
El Día Mundial de los Delfines en Cautiverio, celebrado el 4 de julio anualmente, tiene como objetivo principal poner fin al cautiverio de delfines y cerrar todos los delfinarios existentes en el mundo.
Los delfines, conocidos por su inteligencia y belleza en el medio acuático, no deben estar en cautividad, ya que esto afecta negativamente su desarrollo y comportamiento.
Investigaciones científicas han demostrado que el cautiverio puede causar altos niveles de estrés en los delfines, afectando sus funciones fisiológicas como el apareamiento. Vivir en tanques reducidos en comparación con su hábitat natural puede ocasionarles daños irreversibles.
Es crucial considerar si los delfines podrían desaparecer de los océanos si continúa su explotación para entretenimiento y comercio. Muchos países, especialmente en Europa, han prohibido los delfinarios en respuesta a la preocupación pública por estas prácticas.
En su hábitat natural, los delfines muestran comportamientos complejos y habilidades marinas impresionantes, como nadar hasta 100 kilómetros por día. La vida en cautiverio les niega la libertad y el espacio necesario para su bienestar natural.
Algunos países, como India y Ucrania, han reconocido a los delfines como seres de valor intrínseco y han implementado medidas para protegerlos, incluyendo la prohibición de delfinarios y la creación de centros de rehabilitación.
Costa Rica fue pionera en la prohibición de delfinarios, seguida por Brasil, Estados Unidos, Israel, Inglaterra y otros, buscando así proteger y dignificar la vida de estos animales excepcionales.