
¿Sabías que, en su época, la ópera era tan emocionante como el cine en la actualidad? Con más de 400 años de historia, esta forma de entretenimiento ha seguido cautivando a millones de personas alrededor del mundo.
El Día Mundial de la Ópera, celebrado el 25 de octubre, honra este género teatral y musical que, pese a sus siglos de historia, continúa siendo tan vibrante como siempre.
La elección de esta fecha coincide con los nacimientos de Georges Bizet y Johann Strauss II, destacados compositores de ópera y opereta. Este día fue impulsado por organizaciones como Ópera América, Ópera Latinoamérica y Ópera Europa para difundir este arte universal.
Actualmente, se está gestionando su reconocimiento oficial por parte de la UNESCO, con el apoyo del Instituto Internacional del Teatro (ITI) y asociaciones de ópera, como Opera & Music Theatre Forum (Reino Unido), Ópera Canadá, Ópera XXI (España), Réunion des Opéras de France (Francia) y los Centros Nacionales para las Artes Escénicas de China e India.
La ópera, un género de teatro musical, combina la interpretación escénica con acompañamiento instrumental, y suele presentarse en teatros de ópera con orquesta o conjuntos musicales pequeños. Surgió en el siglo XVI, gracias a la Camerata Florentina, un grupo de intelectuales que se inspiraron en el teatro griego antiguo para musicalizar obras dramáticas.
Obras pioneras como La Dafne (1597) y Eurídice (1600) marcaron el inicio del género. Con el tiempo, la ópera evolucionó hacia distintos estilos: en los siglos XVII y XVIII predominó el periodo Barroco, con su enfoque en técnicas vocales y escenográficas, y luego el Clasicismo, que en la segunda mitad del siglo XVIII trajo armonía con compositores como Mozart y Beethoven. En el siglo XIX, el Romanticismo impulsó la expresión individual de los compositores, dando lugar a una gran diversidad musical.
Óperas icónicas del mundo A continuación, algunas de las óperas más destacadas de grandes compositores, aclamadas por el público y la crítica:
Madame Butterfly (Giacomo Puccini): Estrenada en 1904, cuenta la historia de amor entre un teniente estadounidense y una joven japonesa.
La Bohème (Giacomo Puccini): Esta ópera de cuatro actos, estrenada en 1896, sigue la vida de bohemios en París en 1840.
Carmen (Georges Bizet): Estrenada en 1875, narra el trágico romance de una gitana sevillana y un cabo del ejército.
Tristán e Isolda (Richard Wagner): Un drama musical de 1875 sobre el amor prohibido entre un joven y una princesa irlandesa.
Aida (Giuseppe Verdi): En esta obra de 1871, un militar egipcio se enamora de una princesa etíope, debatiéndose entre la lealtad a su faraón y su amor.
La Traviata (Giuseppe Verdi): Basada en La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas, esta ópera de 1853 relata la vida de una famosa cortesana parisina.
La Cenerentola (Gioachino Rossini): Una ópera jocosa inspirada en La Cenicienta, estrenada en 1817.
El Barbero de Sevilla (Gioachino Rossini): Una ópera bufa de 1816 sobre un barbero que ayuda a un conde a casarse con una joven huérfana.
La Flauta Mágica (Wolfgang Amadeus Mozart): Escrita en 1791, cuenta la aventura de un príncipe en busca de la hija de la Reina de la Noche, con la ayuda de una flauta mágica.