
Cada 8 de julio se conmemora el Día Mundial de la Alergia, una fecha dedicada a crear conciencia sobre la necesidad de educar a la población en torno a la prevención de enfermedades alérgicas, así como a la importancia de buscar tratamientos eficaces que mejoren la calidad de vida de quienes las padecen.
Las alergias se originan cuando el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada ante sustancias normalmente inofensivas presentes en el entorno, como el polvo, los ácaros, el polen, ciertos alimentos, medicamentos, picaduras de insectos, animales o productos químicos.
Esta respuesta desmedida se produce por la liberación repentina de mediadores inflamatorios, responsables directos de los síntomas alérgicos que afectan a las personas.
Además, se ha identificado que existe una predisposición genética a desarrollar alergias, por lo que se recomienda realizar evaluaciones tempranas en la infancia para prevenir la aparición de cuadros alérgicos más graves en el futuro.
Los efectos de las alergias varían de persona a persona, pero algunos de los síntomas más habituales incluyen:
-Trastornos digestivos tras consumir determinados alimentos.
-Problemas respiratorios debido a la exposición a polen, polvo o ácaros.
-Reacciones en la piel, como enrojecimiento, sarpullido, comezón o incluso ulceraciones, al entrar en contacto con productos como detergentes, jabones, cremas o ciertos medicamentos.
-Estornudos, congestión nasal, inflamación de las mucosas y, en los casos más graves, crisis asmáticas o complicaciones respiratorias severas.
Aunque es difícil evitar por completo los desencadenantes de las alergias —especialmente en contextos de alta contaminación ambiental—, es posible reducir el riesgo de exposición siguiendo algunas recomendaciones clave:
-Limitar el contacto con alérgenos comunes como el polvo, polen, pelo de animales, ácaros, ciertos alimentos o medicamentos.
-Mantener una higiene adecuada en el hogar sin usar productos químicos que puedan provocar reacciones.
-Seguir el tratamiento médico indicado y acudir regularmente con un especialista en alergias.
-Evitar ejercicios intensos al aire libre durante las temporadas de alta polinización, especialmente en personas con asma.
-Ajustar la alimentación en caso de intolerancia a ciertos ingredientes, reemplazándolos por otros que no comprometan la salud.
Adoptar estas medidas puede contribuir a que los pacientes alérgicos lleven una vida más saludable y con menos complicaciones.