Cada 17 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Dolor, una jornada que busca sensibilizar sobre la importancia de mejorar la calidad de vida de quienes padecen dolor en algún momento de su vida.
La fecha fue instituida el 11 de octubre de 2004 en Ginebra (Suiza), cuando la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), la Federación Europea del Dolor (EFIC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) acordaron establecer el 17 de octubre como un día dedicado a esta causa.
El propósito principal de la conmemoración es visibilizar la urgencia de encontrar soluciones eficaces para aliviar el sufrimiento de las personas que enfrentan enfermedades dolorosas.
De acuerdo con cifras médicas, la mitad de las consultas de atención primaria se deben al dolor, y una de cada cinco personas sufre dolor crónico, mientras que una de cada tres padece molestias tan severas que le impiden llevar una vida normal.
Ante esta realidad, la OMS ha propuesto que el dolor crónico sea reconocido como una enfermedad y que su alivio sea considerado un derecho humano fundamental.
La IASP nació en 1973 como un grupo interdisciplinario impulsado por el profesor John Bonica, con el objetivo de crear una organización dedicada a la investigación y tratamiento del dolor. Un año después, en 1974, la iniciativa se consolidó formalmente.
Por su parte, la EFIC, fundada en 1993 durante el Congreso Mundial sobre el Dolor en París, promueve la educación, la investigación y el manejo clínico del dolor, fomentando además la cooperación entre los capítulos europeos de la IASP y otras entidades científicas dedicadas al estudio de este padecimiento.