
Cada 26 de julio se conmemora el Día Internacional para la Conservación del Ecosistema de Manglares, una fecha establecida por la UNESCO con el propósito de sensibilizar sobre la relevancia ecológica de estos ecosistemas costeros. Aunque representan menos del 1% de las costas a nivel mundial, los manglares desempeñan un papel fundamental en el equilibrio ambiental del planeta.
La elección del 26 de julio recuerda la muerte del activista ambiental Hayhow Daniel Nanoto, quien falleció en 1998 mientras protestaba contra la instalación ilegal de un estanque camaronero en Muisne, Ecuador. En 2015, durante la Conferencia General de la UNESCO, se solicitó de forma oficial declarar esta fecha como el día internacional de defensa de los manglares, iniciativa que fue aprobada un año después.
La propuesta fue promovida por organizaciones como Ecologistas en Acción y la Red Manglar Internacional, ambas dedicadas a la protección del medio ambiente y a la promoción de políticas sostenibles en zonas costeras.
El objetivo principal de esta celebración es frenar el avance de actividades industriales destructivas —como la camaronicultura intensiva— que amenazan la integridad de estos ecosistemas. La FAO advierte que, en las últimas cuatro décadas, se ha perdido más del 50% de los manglares a nivel global, principalmente debido a la sobreexplotación y destrucción de su hábitat.
Esta pérdida no solo impacta a la biodiversidad, sino también a las comunidades humanas cercanas, ya que los manglares actúan como barreras naturales contra fenómenos climáticos extremos, contribuyen a la seguridad alimentaria, y brindan medios de subsistencia sostenibles a muchas familias.
Los manglares están presentes en 123 países, especialmente en regiones tropicales y subtropicales. Son ecosistemas que se desarrollan en franjas costeras protegidas, donde se mezclan el agua salada del mar y el agua dulce de los ríos. En América Latina destacan por su extensión los manglares de Brasil y México, aunque también se encuentran en buena parte del Caribe y Centroamérica.
Estos “bosques costeros” están compuestos por árboles y arbustos que han evolucionado para sobrevivir en condiciones extremas, como suelos pobres en oxígeno y elevados niveles de salinidad.
Funciones ecológicas de los manglares
-Defensas naturales contra el cambio climático: Reducen el impacto de tormentas, huracanes y tsunamis, y ayudan a controlar la erosión costera gracias a sus raíces entrelazadas. Además, son grandes almacenes de carbono, incluso más eficaces que los bosques tropicales terrestres.
-Reservorios de biodiversidad: Sirven de refugio y zona de crianza para una gran variedad de especies, incluyendo peces, crustáceos, aves, reptiles y plantas. Muchas especies comerciales dependen de los manglares durante sus primeras etapas de vida.
-Sistemas de purificación natural: Filtran sedimentos y contaminantes, contribuyendo a mantener la calidad del agua en estuarios y arrecifes cercanos.
Además de todo lo anterior, los manglares juegan un papel clave en la regulación climática local y en el mantenimiento de ecosistemas marinos saludables.
Este día busca recordar la urgencia de conservar estos ecosistemas únicos, cuyo deterioro pone en riesgo tanto al medio ambiente como a millones de personas que dependen de ellos.