
El 28 de abril de cada año se celebra el Día Internacional para la Conservación de los Anfibios, con el propósito de alertar al mundo sobre el grave riesgo de extinción que enfrentan estos animales de sangre fría. Entre las principales amenazas destacan la destrucción de su hábitat, la contaminación por residuos tóxicos y el impacto del cambio climático.
Los anfibios son vertebrados que poseen características físicas muy singulares. Su piel es lisa, carente de escamas, y cuentan con una cola que utilizan para nadar. Inicialmente viven en el agua y respiran mediante branquias.
Conforme se desarrollan, adquieren pulmones, cuatro extremidades con membranas interdigitales y la capacidad de habitar tanto en ambientes acuáticos como terrestres. Además, respiran a través de la piel, son ovíparos y se alimentan de pequeños insectos. Se distinguen como el único grupo de vertebrados que atraviesa una metamorfosis completa.
Se estima que los anfibios evolucionaron a partir de peces hace aproximadamente 360 millones de años, siendo los precursores de los reptiles, y posteriormente de las aves y mamíferos actuales.
Principales tipos de anfibios en el mundo: sapo gigante, sapo común, rana venenosa, rana flecha azul, rana de Nueva Zelanda, rana arborícola, salamandra mexicana, salamandra común, tritón y cecilia.
Los anfibios presentan particularidades interesantes, tales como:
-Respiran por la piel, manteniéndola húmeda gracias a la secreción de mucus.
-Pueden resistir bajas temperaturas almacenando grasas en su cuerpo.
-Poseen un órgano llamado cloaca, utilizado tanto para la excreción como para la reproducción.
-Pueden reproducirse de manera interna, externa o a través de huevos.
-Carecen de pelos y escamas.
-Son capaces de ingerir su alimento entero.
Los anfibios son fundamentales para el equilibrio ecológico, ya que facilitan el flujo de nutrientes entre ambientes acuáticos y terrestres, contribuyendo a prevenir la erosión.
Además, forman parte esencial de la cadena alimenticia, sirviendo de alimento para varios depredadores y controlando poblaciones de insectos como gusanos, babosas, arañas, larvas y pequeños peces.
Desde el ámbito científico, los anfibios son objeto constante de estudio debido a sus propiedades medicinales, que han permitido el desarrollo de antibióticos, analgésicos y otros tratamientos útiles para combatir diversas enfermedades.
Causas de la disminución de los anfibios
La contaminación y el cambio climático son dos de los factores más relevantes que han provocado la disminución de las poblaciones de anfibios en el mundo.
A esto se suma la acción humana, ya que algunas personas cazan estas especies para convertirlas en platos exóticos. También, el uso de productos tóxicos que contaminan fuentes de agua dulce ha causado una notable desaparición de anfibios, afectando negativamente a la cadena evolutiva de otras especies.
Actualmente, la situación es crítica. Estudios recientes revelan que los anfibios están desapareciendo a un ritmo alarmante, y los esfuerzos humanos no han logrado detener esta extinción masiva.