
El 24 de abril se conmemora el Día Internacional del Animal de Laboratorio, una fecha respaldada por diversas organizaciones defensoras de los derechos animales, que se celebra desde 1979. Esta efeméride fue impulsada por la Asociación Internacional Contra los Experimentos Dolorosos en los Animales (IAAPEA).
Esta jornada invita a una reflexión profunda sobre el sufrimiento que padecen los animales utilizados en laboratorios, quienes son sometidos a procedimientos que les causan daños físicos y emocionales, vulnerando su derecho a vivir en libertad.
La IAAPEA, creada en 1969, cuenta con reconocimiento consultivo ante la ONU y se opone firmemente a los experimentos, pruebas, vivisecciones y cualquier procedimiento invasivo realizado en animales de laboratorio.
Uno de sus principales objetivos es apoyar investigaciones médicas que no impliquen el uso de animales, especialmente en el estudio de enfermedades como el cáncer, la diabetes y las afecciones cardíacas.
Aunque es innegable que muchos avances científicos, descubrimientos de vacunas y desarrollos en la industria cosmética han sido posibles gracias a la experimentación, es importante conocer el costo que eso ha significado para los animales.
Algunos datos relevantes:
-Cerca del 80% de los países aún permiten la experimentación con animales, donde se usan miles de ejemplares, como conejos, ratones y cobayas, incluso para probar productos que se etiquetan como “libres de crueldad”.
-Las especies más comúnmente empleadas en laboratorios incluyen ratones, peces, ratas, aves de corral, conejos, e incluso animales como perros, gatos y primates.
-Muchos de estos animales provienen de criaderos específicos para experimentación.
-Solo 40 países han prohibido oficialmente este tipo de pruebas.
-Colombia fue pionero en América Latina en establecer una ley contra el testeo en animales.
La campaña «Save Ralph»
Un caso reciente que sensibilizó a millones de personas fue la campaña «Save Ralph», un cortometraje animado que se hizo viral en redes sociales como parte de una iniciativa global para detener las pruebas cosméticas en animales.
La animación fue dirigida por Spencer Susser y producida por Humane Society International, una organización que promueve alternativas a la experimentación animal, la protección de especies amenazadas y la reducción del impacto de la agricultura sobre los animales. El protagonista es Ralph, un conejo que trabaja probando cosméticos. A pesar de que sufre quemaduras químicas, sordera parcial y pérdida de visión, sigue desempeñando su labor «para asegurar la seguridad de los humanos». Su historia busca generar empatía y abrir los ojos sobre las consecuencias de estas prácticas.
La campaña fue lanzada principalmente en 16 países donde aún se realizan estas pruebas, como Brasil, Canadá, Chile, México, Sudáfrica y varias naciones del sudeste asiático.