
Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Paz, jornada instituida para reafirmar los ideales de paz en todo el mundo. Esta efeméride invita a cumplir con 24 horas de no violencia y cese al fuego.
Lema 2025: “Actúa ahora por un mundo pacífico”, es la consigna promovida por la Organización de las Naciones Unidas, para la celebración del Día Internacional de la Paz este 2025
En este año se celebra el 26º aniversario de la Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1999. Este documento estableció que la paz no significa únicamente ausencia de guerra, sino que implica un proceso activo, participativo y basado en el diálogo, la cooperación y la resolución pacífica de los conflictos.
Los principios de dicha declaración resaltan el respeto a la vida, los derechos humanos, la justicia, la tolerancia, la democracia y la solidaridad, junto con la promoción de la no violencia mediante la educación y la cooperación internacional.
La UNESCO, bajo la premisa de que “las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben levantarse los baluartes de la paz”, subraya el papel clave de la educación formal e informal para transmitir valores de paz a todas las generaciones.
Origen de la conmemoración
La ONU proclamó en 1981 el 21 de septiembre como Día Internacional de la Paz, con el propósito de destacar los ideales pacifistas en relación con el desarrollo social y económico en temas como pobreza, hambre, salud, educación, igualdad de género, medio ambiente y justicia social.
Posteriormente, en 2001, la Asamblea General estableció que la fecha también se reconociera como Jornada de No Violencia y Alto al Fuego.
Esta celebración se fundamenta en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reconoce el derecho de toda persona a la vida, la libertad y la seguridad.
El Día Internacional de la Paz recuerda que la construcción de un mundo más justo, sostenible y solidario es responsabilidad colectiva. Acciones cotidianas como reciclar, ahorrar energía o usar transporte público también contribuyen a un futuro más pacífico y equilibrado.