
El Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, también llamado Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, es una fecha que complementa al Día Internacional de la Mujer, ya que también busca visibilizar y defender los derechos y la dignidad de las mujeres, en este caso, con un enfoque en aquellas de ascendencia africana.
Esta jornada se celebra en recuerdo del primer Encuentro de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas, realizado en 1992 en República Dominicana, donde más de 400 mujeres de la región se reunieron para debatir sobre problemáticas como el racismo, el sexismo, la pobreza, la migración y la violencia.
Durante ese evento, se creó la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, una organización dedicada a la defensa de los derechos y la dignidad de las mujeres negras, y a su reconocimiento como ciudadanas con plenos derechos.
A pesar de los avances, muchas mujeres afrodescendientes siguen enfrentando prácticas discriminatorias y estigmas sociales. Uno de los prejuicios más extendidos es su hipersexualización, que las reduce a objetos de deseo, despojándolas de su autonomía y exponiéndolas a situaciones de vulnerabilidad.
En América Latina y el Caribe, cerca de 200 millones de personas son afrodescendientes —cerca del 30% de la población—, y las mujeres de este grupo continúan enfrentando múltiples formas de exclusión, tanto por su género como por su origen étnico.
Entre los objetivos de esta jornada se encuentran:
-Denunciar y enfrentar las formas de racismo y sexismo que empujan a muchas mujeres afro a vivir en condiciones de pobreza y exclusión.
-Luchar contra los estereotipos que afectan negativamente la imagen y la vida de las mujeres negras.
-Fomentar su participación activa en espacios de decisión política, social y comunitaria.
-Exigir a los gobiernos la implementación de políticas que promuevan la inclusión y los derechos de las mujeres afrodescendientes.