
El 5 de junio se celebra el Día Internacional de la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, una fecha establecida por las Naciones Unidas en 2017 con el objetivo de erradicar la pesca ilegal y las prácticas abusivas que amenazan los recursos pesqueros del mundo.
Esta conmemoración fue propuesta en 2015 por la Comisión General de Pesca del Mediterráneo de la FAO y aprobada dos años después, en 2017.
Asimismo, la ONU designó el 2022 como el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales, destacando la importancia de los pescadores a pequeña escala, que representan el 90 por ciento de la mano de obra pesquera global.
La pesca es fundamental para combatir el hambre y es una actividad crucial para alimentar a una gran parte de la población mundial. Además, es un motor económico y fuente de empleo y sustento para muchas familias y comunidades.
El pescado es vital para una población mundial en constante crecimiento y afectada por el hambre en diversas regiones. Por ello, es esencial regular la pesca para garantizar su sostenibilidad y evitar las actividades pesqueras ilegales y no declaradas.
Origen de este día contra la pesca ilegal
En noviembre de 2017, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 5 de junio como el Día Internacional de la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, y solicitó a la FAO coordinar las actividades relacionadas con esta celebración.
Desde 1995, la FAO adoptó el Código de Conducta para la Pesca Responsable, que establece estándares internacionales para una pesca respetuosa con el ecosistema y la biodiversidad. Aunque este código es voluntario y suscrito por unos 170 países, la pesca ilegal de especies de alto valor comercial sigue superando los niveles permitidos.
En 2009, la FAO adoptó el Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto para Prevenir, Desalentar y Eliminar la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada, que entró en vigor en 2016. Este acuerdo es la primera norma jurídicamente vinculante contra la pesca ilegal.
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) representa entre 11 y 26 millones de toneladas de pescado y afecta directamente a las comunidades pesqueras de países en desarrollo que dependen de la pesca para su subsistencia. Además, la pesca INDNR suele estar vinculada a actividades delictivas como el trabajo forzoso, el tráfico de personas y drogas, y delitos fiscales.
Por estas razones, el Objetivo 14 de la Agenda de Desarrollo Sostenible aboga por regular la explotación pesquera y acabar con la pesca excesiva, ilegal, no declarada y las prácticas pesqueras destructivas que ponen en peligro la perpetuidad de las especies marinas.
Existen diversos instrumentos internacionales para controlar la pesca, como el Registro Mundial de Buques de Pesca, transporte refrigerado y suministro, y el Sistema de Documentación de las Capturas de la FAO.
Sin embargo, la pesca ilegal y las prácticas destructivas siguen en aumento, especialmente en algunas especies.
Especies pesqueras más afectadas
Especies como el atún rojo, el lenguado, el bacalao, la merluza, las mantas y rayas, algunos tiburones, el pez espada, entre otras, están sobreexplotadas y al borde del agotamiento.
Para más información sobre las especies afectadas por la pesca ilegal, se puede consultar la Lista Roja de Especies Pesqueras publicada por Greenpeace.
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