
El 20 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Felicidad, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas a través de la Resolución 66/281 en el año 2012. Este día tiene como propósito resaltar la importancia de la felicidad como un elemento esencial en el bienestar y desarrollo de las personas.
La idea de instituir una jornada dedicada a la felicidad surgió en el Reino de Bután, un pequeño país del Himalaya. Hace más de cuatro décadas, su monarca, con tan solo 16 años, decidió que la felicidad de sus ciudadanos debía ser el eje central de su gobierno. Así nació el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB), un indicador alternativo al Producto Interno Bruto (PIB), que mide el nivel de vida no solo desde una perspectiva económica, sino también desde el bienestar general de la sociedad.
La FNB se basa en nueve aspectos fundamentales: bienestar psicológico, empleo del tiempo, vitalidad comunitaria, cultura, salud, educación, diversidad ambiental, nivel de vida y calidad del gobierno. Con este enfoque, Bután propuso a la ONU la creación de un día para celebrar la felicidad, logrando su oficialización en 2012.
Este día también promueve la inclusión y busca que los gobiernos de todo el mundo lo incorporen en sus políticas económicas y sociales. De esta manera, se aspira a generar mayor equidad y bienestar colectivo, facilitando que las personas puedan alcanzar la felicidad, un anhelo universal de la humanidad.
En 2015, la ONU estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una serie de metas para abordar los desafíos globales más urgentes. Dentro de estos objetivos, tres están directamente relacionados con el bienestar y la felicidad:
-La erradicación de la pobreza.
-La reducción de la desigualdad.
-La protección del medio ambiente.
A lo largo del tiempo, se han establecido días conmemorativos para destacar eventos históricos, avances científicos, luchas sociales y derechos humanos. Sin embargo, hasta la creación de esta efeméride, no existía un día dedicado a celebrar la felicidad como un derecho fundamental.
El Día Internacional de la Felicidad permite que organizaciones en todo el mundo realicen actividades de concienciación sobre la importancia del bienestar. Además, es una oportunidad para transmitir mensajes de esperanza y apoyo a quienes enfrentan dificultades como conflictos, hambre o desigualdad.
También representa un llamado de atención para los líderes mundiales, recordándoles la necesidad de generar condiciones de vida más equitativas y justas, donde la felicidad no sea un privilegio ocasional, sino una realidad cotidiana para todas las personas.
El mundo necesita un cambio de mentalidad que impulse la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Aunque se han dado avances significativos, todavía queda un largo camino por recorrer para garantizar que la felicidad sea un legado duradero para las generaciones futuras.