
Cada 17 de agosto se conmemora en nuestro país el Día del Médico Veterinario Zootecnista, fecha que recuerda la creación, en 1853, de la primera escuela de veterinaria en México y en todo el continente americano.
Un Médico Veterinario tiene como misión principal la prevención, diagnóstico, tratamiento y control de enfermedades y lesiones que afectan a los animales. Su campo de acción abarca desde las mascotas y los animales de producción hasta la fauna silvestre, a través de programas orientados a la salud pública veterinaria.
El impacto de su labor se refleja en distintos ámbitos. En el plano emocional, los veterinarios velan por el bienestar de perros y gatos, brindándoles atención integral mediante vacunación, desparasitación, control de enfermedades comunes e incluso especialidades como dermatología o medicina interna.
En el sector de la producción animal, su papel resulta esencial para mantener saludables a especies como bovinos, aves, cerdos o peces. Mediante planes de bioseguridad, contribuyen a la prevención de enfermedades zoonóticas como la rabia o la brucelosis, y aseguran la inocuidad de los productos de origen animal. De esta manera, facilitan que los productores accedan a mercados nacionales e internacionales con alimentos seguros y de calidad. Aunque se desarrollen en escenarios distintos, todos los perfiles veterinarios persiguen un mismo objetivo: proteger la salud animal y promover la salud pública.
En México, más de 50.5 mil profesionales ejercen esta carrera, con una carga laboral promedio de 44.6 horas semanales, según datos del tercer trimestre de 2024 de Data México.
Si bien la atención a animales de compañía como perros y gatos ha cobrado mayor relevancia en los últimos años, los veterinarios especializados en producción animal siguen siendo fundamentales. Su trabajo fortalece la bioseguridad, impulsa la productividad del campo y contribuye a la protección de la salud pública.