
Hoy se conmemora el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, esto significa que, en tan solo poco más de medio año, la humanidad habrá consumido todos los recursos naturales que el planeta puede regenerar a lo largo de doce meses. Es decir, lo que la Tierra tarda un año en reponer se agotó en poco más de seis meses.
En comparación, en 2024 esta fecha se marcó el 1 de agosto, por lo que en 2025 el agotamiento de recursos se ha adelantado más de un mes, lo cual representa una señal de alerta sobre el creciente nivel de sobreexplotación ambiental.
Desde 1987, esta fecha busca generar conciencia sobre el uso desmedido de los recursos naturales y sus impactos tanto para la humanidad como para el planeta. La iniciativa fue impulsada por Andrew Simms, miembro de la organización británica New Economics Foundation.
El concepto hace referencia al momento del año en el que la demanda de recursos naturales por parte de la humanidad supera la capacidad del planeta para regenerarlos en ese mismo año. La fecha es calculada por la organización Global Footprint Network, comparando la biocapacidad mundial (lo que la Tierra puede producir) con la huella ecológica (el consumo global), y se proyecta sobre un año calendario.
Por ejemplo, en 2023 se evidenció un déficit ecológico, ya que la demanda de recursos superó ampliamente lo que la Tierra puede regenerar, lo que llevó a prever que, si esta tendencia continúa, para 2030 sería necesario otro planeta para satisfacer las necesidades humanas.
¿Qué es Global Footprint Network?
Se trata de una organización internacional sin fines de lucro, fundada en 2003, con sedes en Estados Unidos, Bélgica y Suiza, que reúne a expertos dedicados a diseñar y promover herramientas que favorezcan decisiones más sostenibles. Su labor se enfoca en evaluar la huella ecológica y la biocapacidad, lo cual permite medir cuántos recursos se están utilizando en comparación con la capacidad regenerativa del planeta.
A lo largo del tiempo, la humanidad ha aprovechado los recursos naturales para cubrir sus necesidades básicas. Sin embargo, a partir de la década de 1970 se superó el límite crítico, lo que trajo graves consecuencias, como:
Aumento de emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero, que han intensificado el cambio climático.
Deforestación masiva.
Extinción de múltiples especies.
Inflación, entre otros efectos socioeconómicos.
Frente a esta situación, es fundamental sensibilizar a la población y fomentar un estilo de vida más responsable y sostenible. También es urgente implementar políticas públicas que transformen los modelos de consumo y producción actuales, a fin de establecer una relación más equilibrada con el entorno natural.