
La pequeña localidad pesquera de Grindavik, en Islandia, se ve amenazada por la furia de la naturaleza, ya que la lava ardiente de un volcán devora varias casas, dejando un paisaje devastador.
Las impactantes imágenes compartidas en las redes sociales muestran el momento en que el magma envuelve y destruye completamente viviendas en este apacible pueblo.
El presidente Gudni Th. Johannesson advierte en un mensaje televisado que las «enormes fuerzas de la naturaleza» han desencadenado una crisis en la península de Reykjanes.
Aunque los científicos indican que la erupción parece estar disminuyendo, la incertidumbre persiste y es prematuro descartar el peligro.
La catástrofe obligó a la evacuación de aproximadamente 4 mil residentes de Grindavik durante la madrugada del domingo.
Esto sucede apenas unas semanas después de que regresaran a sus hogares tras ser desplazados el 11 de noviembre debido a una serie de temblores.
A pesar de los esfuerzos de los trabajadores de emergencia para construir muros defensivos, algunas viviendas quedaron expuestas al avance voraz de la lava.
Afortunadamente, no se han reportado víctimas mortales debido a estas erupciones, aunque hay informes de un trabajador desaparecido tras caer en una grieta generada por el volcán.
El presidente hace un llamado a la unidad y la precaución, destacando la importancia de seguir las pautas de seguridad mientras la situación evoluciona.